Letras gigantes de 120 m2 en el almacén de carbón de El Musel para pedir el abandono de este combustible fósil
Activistas de Greenpeace han colocado en las montañas de combustible un mensaje de 1.300 m2 con el lema “No más carbón”. Greenpeace exige al Gobierno el cierre planificado de las térmicas de carbón antes del año 2025. El uso de carbón es causante de cambio climático y de numerosos problemas para la salud.
Esta mañana Greenpeace ha dejado el mensaje “No más carbón” con letras gigantes en el almacén de carbón de El Musel (Gijón). A pesar de las inclemencias del tiempo, una treintena de activistas ha colocado entre las montañas de combustible letras gigantes de 12×10 (120 m2) que ocupaban una superficie total de más de 1.300 m2. Además, los activistas portaban pancartas con el lema: “Carbón es cambio climático”. El objetivo de esta acción es exigir al Gobierno que legisle contra el cambio climático y que establezca un calendario para que las centrales térmicas de carbón cierren antes de 2025.
A pesar de que las energías renovables son cada vez más baratas y están listas para competir con las energías sucias y peligrosas, la política energética de los últimos años ha bloqueado y dificultado cualquier nueva instalación de renovables y el país todavía cuenta con un total de 16 térmicas de carbón, de las cuales nueve se encuentran entre el Principado de Asturias y Castilla y León. En 2015 estas 16 centrales fueron responsables de más de 50 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera (equivalente a las de cuatro millones y medios de coches), unas emisiones extremadamente altas para producir tan solo el 19,7% de la electricidad nacional.
El puerto del Musel, junto a la central térmica de carbón de Aboño, recibe millones de toneladas de carbón de importación que entran por mar, se almacenan y se trasladan a las térmicas de carbón que EDP, Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa tienen por la región astur-leonesa. En especial el Principado de Asturias arrastra una dependencia de la generación con carbón muy superior al resto del país: el 63% de la electricidad se produce quemando este combustible contaminante.
Greenpeace señala a la térmica de Aboño de la eléctrica EDP, situada justo al lado de la descarga de carbón en el Musel, como la instalación que más cambio climático produce en España y se encuentra entre las 30 térmicas más contaminantes de Europa. La organización exige tanto a EDP, como a todas las eléctricas propietarias de térmicas de carbón, que presenten un plan de cierre de sus centrales contaminantes y que aseguren una transición justa para las personas que trabajan de ellas.
Una vez más, la organización ecologista recuerda que la quema del carbón, junto con el petróleo y el gas, es el mayor emisor de CO2 y su relación es directa con el incremento del calentamiento global además de afectar gravemente a la salud de las personas.
“Es hora de tomarse en serio la lucha contra el cambio climático porque mientras seguimos quemando carbón, millones de personas están sufriendo los impactos del huracán que azota las costas caribeñas. Debido al aumento de las emisiones de CO2, fenómenos meteorológicos extremos como este serán cada vez más fuertes y duraderos”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace.
Para Greenpeace, este es un año clave para salvar el clima, la ley de cambio climático y transición energética y las normativas energéticas que se están trabajando a nivel europeo, tienen que marcar firmemente el camino para un sistema energético 100% renovable en manos de la ciudadanía.