La Tortura No Es Cultura destacalos “paupérrimos” números de Fallas
La Plataforma que reúne a 47 organizaciones de protección animal señala la poca asistencia de público y denuncia la presencia de menores, lo que contraviene la recomendación del Comité de los Derechos del Niño de la ONU.
El 10 de marzo, con el comienzo de la celebración de las jornadas taurinas que acompañan a la Feria taurina Fallas, un gran número de colectivos se concentraron en el centro de la ciudad de Valencia pidiendo unas fiestas sin sangre. Lo hicieron por la mañana y por la tarde, y reunieron a personas de la Comunidad Valenciana y del resto del Estado español. Desde entonces, prácticamente cada sábado, han continuado las protestas. Personas que habían llegado con antelación, y personas que se quedaron a disfrutar de las Fallas, aunque no de los festejos taurinos. Porque las Fallas son populares per se.
Pero esto podría quedar en el plano de lo anecdótico si no lo contrastamos con los números reales de asistencia a los festejos taurinos. Desde AVATMA (Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal), han hecho seguimiento de la asistencia, revelando lo siguiente:
Los datos de asistencia a los festejos taurinos coincidentes con las fiestas de Fallas, Valencia 2018, no dejan lugar a dudas. De un aforo total de 10.500 espectadores, que tiene ese coso taurino, la media de asistentes ha sido de 4.438 espectadores por festejo, es decir, algo menos de 1/2 plaza. Estos datos quedan corroborados por las cifras de asistencia consultadas en 4 medios de comunicación taurinos.
A los festejos programados, acudieron un número de espectadores que al hacer el cálculo total da como resultado algo menos de ½ plaza. El desglose es así:
Novillada sin picadores: 2.500 (1).
Novilladas con picadores 2.200 (2), 2.000 (3), 2.500 (4).
Corridas de toros: 6.800 (5). 4.600 (6), 4.700 (7), 10.500 (8), 8.300 (9), 4.000 (10).
Rejones: 8.000 (11)
Tan solo un día se colgó el cartel de “no hay billetes”. Si antes era la compra de abonos lo que marcaba el devenir económico de las grandes ferias, ahora es la compra de entradas sueltas para los mejores carteles. Esto supone menos ingresos para los empresarios, que se permitían perder dinero con las “grandes” tardes, por los altos costes de toreros y ganaderías, pero que compensaban luego con los que tienen menos asistencia, y que habrían sido pagados al comprar el abono. Al no venderse los abonos, el negocio se vuelve totalmente deficitario. Ante este panorama, la presidenta de la Plataforma La Tortura No Es Cultura, Carmen Ibarlucea denuncia que esto se resuelva con fondos públicos: “El maltrato animal como satisfacción de los placeres de una minoría social no tiene justificación. Pero lo peor es que, una vez más, el dinero público aflora para cubrir el coste de unos festejos que ya no interesan a la sociedad.”
Efectivamente, en el año 2015 se produce una reducción del canon de la plaza que pasó de 400.000 euros a 200.000 euros, y que se mantendrá, de momento, hasta 2018. La reducción por tanto fue cuantiosa, nada más y nada menos que un 50%. Para José Enrique Zaldívar, presidente de AVATMA, la razón es evidente: “Se debió al fracaso y las pérdidas económicas que se daban año tras año. Pero lo que la empresa Simón Casas Production paga por la explotación de la plaza, es aún menor: la programación de novilladas durante la Feria, en las que intervengan aprendices de escuelas de tauromaquia de esa Comunidad Autónoma, obliga a la propietaria de la plaza, la Diputación de Valencia, a devolver al empresario 12.000 euros». (Boletín Oficial de la provincia de Valencia (número 23, página 20, de 4.II.2016)”
Por otro lado, la Plataforma la Tortura No Es Cultura (LTNEC) ha presentado una queja ante las Instituciones Valencianas, desde el Defensor del Pueblo/ Síndic de Greuges, el Servicio de Espectáculos de la Conselleria de Presidència, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Valencia, por la celebración en marzo, coincidiendo con las fiestas de Fallas, de eventos taurinos destinados a los menores («Happycionado», que recrea en hinchables una plaza de toros; jornada de puertas abiertas para menores; y palco infantil durante todos los días de corridas).
LTNEC ha hecho un llamamiento, advirtiendo que el Estado español vulnera las recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, que el pasado febrero instó a España a “prohibir la participación de niños menores de 18 años como toreros y espectadores en corridas de toros con el fin de prevenir los efectos nocivos de las corridas de toros en los niños”. La máxima autoridad en derechos de los niños ha realizado similares recomendaciones en los últimos 4 años instando a Francia, Portugal, México, Ecuador, Colombia y Perú a “proteger a la infancia de la violencia física y mental de la tauromaquia”, países donde todavía existe la tauromaquia y que también han ratificado la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas de 20/11/1989.
“Estamos ante una nueva realidad social, que no puede ser contrarrestada sometiendo a la infancia a la exposición a violencia directa, que es contraria a la educación en valores que como sociedad democrática queremos fomentar”– Añade Jose María Portalés, jurista de la plataforma antitaurina- “Por ello, desde LTNEC instamos a nuestras representaciones administrativas a nivel local, autonómico y nacional, para que se adopten las medidas legislativas y administrativas necesarias para prohibir la participación y la asistencia de menores de 18 años a las actividades taurinas.”