Redacción •  Actualidad •  12/04/2023

Cáceres, zona protegida del cerro Arropez en peligro ante el proyecto de un centro budista

  • Ecologistas en Acción de Cáceres recela de las decisiones tomadas por el Ayuntamiento de Cáceres respecto a la cesión del cerro Arropé (o Arropez), de titularidad pública, para la construcción de un centro budista.
Cáceres, zona protegida del cerro Arropez en peligro ante el proyecto de un centro budista

La organización ecologista señala que desde el pasado 25 de agosto de 2020 hasta la actualidad, el proyecto ha aparecido en los medios de comunicación como una idea innovadora, asegurando que será el “mayor centro budista del planeta”, ignorando que se encontraría ubicado en la zona protegida del cerro Arropez.

Ecologistas en Acción de Cáceres nos recuerda que hablamos de una zona clasificada por el Plan General Municipal (PGM) como Suelo  No Urbanizable de Especial Protección de Masas Forestales y dentro de la  ZEPA Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes y que se trata de un espacio integrado dentro de la Red de Áreas protegidas de Extremadura con  la figura de protección ZIR (Zona de Interés Regional). Además forma parte  también de la Red Ecológica Europea Natura 2000, contando con la  designación de ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves).

En el mes de marzo los medios de comunicación publicaron la modificación que plantea la Junta sobre las zonas ZEPAS en Extremadura siendo una de ellas la que afecta al llamado Cerro  Arropé en Cáceres, elegido para erigir un centro dedicado al budismo. Este  espacio está incluido en la ZEPA Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, una  de las más grandes de la región con unas 70.000 hectáreas. La decisión dejaría a esta zona fuera de la catalogación de área protegida y supondría, de aprobarse en la Unión  Europea, un cambio radical para el proyecto que se publicita para el lugar.

Ecologistas en Acción de Cáceres destaca varios puntos:

1. Se trata de un terreno de titularidad pública protegida, que se pretende ceder a una fundación de carácter privado sin alcanzar a entender por qué no se puede edificar el centro budista en un espacio no protegido y más  adecuado y cercano a la ciudad. No se puede cambiar el PGM para encajar este  proyecto de titularidad privada y desposeer a la ciudadanía de Cáceres y  alrededores del uso presente y futuro de un monte público, porque los perjuicios serían mucho mayores que los beneficios.
El colectivo ecologista denuncia los viajes hacia Birmania que representantes de la administración pública han hecho en distintas ocasiones sin conocer aún quién pagó  estos viajes, si fueron a cargo de las arcas municipales o no.

Ecologistas en Acción de Cáceres tiene constancia de que la Fundación Lumbini Garden es un proyecto empresarial que incluye en su web, además de información sobre líderes espirituales, acceso a ofertas de turismo, pashminas, bebidas energéticas, etc., sin quedar demostrado, por los vídeos de presentación del proyecto, que se trate de una  organización sin ánimo de lucro. Recientemente, la prensa ha difundido que a la fundación se le transfirieron más de 280.000 euros de dinero público proveniente de los impuestos de las y los Cacereños:

“La Consejería de Cultura, Turismo y Deportes ha publicado este viernes en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) la resolución de subvenciones directas en materia de  turismo del año 2021, entre las que se encuentra una ayuda de 281.229 euros a la Fundación Lumbini Garden, promotora del macro proyecto de templo budista en Cáceres.
Según la publicación del DOE, se trata de una ayuda al impulso al turismo cultural  para «Actividades y Jornada de Trabajo en Cáceres dentro del proyecto Gran
Buddah».

2. Ecologistas en Acción de Cáceres informa que de nuevo se planteó ocupar el cerro con construcciones de carácter móvil, estrategia poco adecuada teniendo en cuenta que se trata de suelo no urbanizable susceptible de entrar en la consideración delictiva del tipo del artículo 319.2 del Código Penal:

“Es cierto que el art. 2.1 de la Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de Ordenación de la  Edificación, alude el carácter permanente de los edificios para definir el proceso de  edificación, pero esa exigencia no figura en la Norma 5 del Anexo al Real Decreto  1020/1993, de 25 de junio, que dispone de manera más abierta que tendrán la  consideración de construcciones los edificios, cualesquiera que sean los elementos con  los que estén construidos, los lugares en los que se hallen emplazados, la clase de  suelo en que hayan sido levantados y el uso a que se destinen, incluso cuando por la  forma de su construcción sean perfectamente transportables. Una edificación sería toda  obra o construcción destinada a albergar personas, bien para servir de morada  permanente o transitoria o para otros fines, como, por ejemplo, de centro lúdico”.

3. El colectivo ecologista denuncia que tratan de instalar, entre otros elementos, un Buda de jade en lo alto del cerro Arropez obviando así que se trata del mayor robo de recursos naturales de la historia de Birmania en relación a este mineral.  Un hecho que constituye un claro abuso de explotación de la Tierra y de los derechos humanos.

En el manual para líderes de gobiernos locales uno de los principios de la  urbanización sostenible implica, entre otras características, “economías  locales dinámicas y competitivas que promuevan un trabajo y medios de  subsistencia decentes”. (pag. 85), por lo que el colectivo señala que este punto no ha sido leído por los representantes públicos a la hora de gestionar este proyecto.

4. Ecologistas en Acción de Cáceres ha señalado que la mega estatua de Buda en el centro de una zona ZEPA pretende justificarse con el delirio de una “Extremadura reclamo del turismo mundial” en  tiempos de agotamiento y encarecimiento de los combustibles fósiles. Si el Ayuntamiento de Cáceres es miembro de la Red Española de Ciudades por el Clima (RECC) desde el 18 de febrero de 2020,  no podrá justificar esta situación.

5. En octubre de 2016 Ecologistas en Acción de Cáceres planteó que era necesaria la creación de un Cinturón Verde para paliar los efectos de la crisis climática en la ciudad. El colectivo señala que deben tenerse en cuenta los Alcores de Cáceres, donde conviven naturaleza, arte e Historia – Sierra de la Mosca y Sierras de Aguas Vivas, de las que forma parte el cerro Arropez-. Estos Alcores deberían cuidarse y ser parte de ese bosque protector del que las ciudades en transición se rodean para resguardarse y ser freno de las posibles consecuencias negativas del cambio climático obteniendo recursos cercanos para su ciudadanía, representando un servicio ecosistémico.

El colectivo ecologista exige que ese Cinturón Verde, cuidado e incluido en un proyecto mosaico, debe contener bosques, espacios agrícolas, ganaderos y de ocio conllevando una gestión heterogénea del monte, porque si ha sido posible en Gata-Hurdes, por qué no en el término municipal de Cáceres; de otro modo se seguiría apostando por el beneficio de unos pocos, con una mirada cortoplacista, en vez de por el bien presente y futuro de la ciudadanía.

El colectivo insta a leer la Carta de Aalborg, que está contenida en la RECC, en el  apartado I.2 Noción y principios de sostenibilidad:  

“La justicia social requiere necesariamente la sostenibilidad económica y la equidad, las  cuales necesitan a la vez de la sostenibilidad ambiental.
La sostenibilidad ambiental significa, además, del mantenimiento y la preservación del  capital natural. Necesita que nuestro ritmo de consumo de recursos materiales, hídricos  y energéticos renovables no supere la capacidad de los sistemas naturales para reponerlos, y que el ritmo al que consumimos recursos no renovables no supere el ritmo  de sustitución por recursos renovables perdurables. La sostenibilidad ambiental  conlleva también que el ritmo de emisión de contaminantes no supere la capacidad del aire, del agua y del suelo para absorberlos y procesarlos.  
La sostenibilidad ambiental implica además el mantenimiento de la diversidad biológica,  la salud humana, la calidad del aire, del agua y del suelo a unos niveles que sean  suficientes para preservar para siempre la vida y el bienestar de la humanidad, así como  también de la flora y de la fauna”.

Si todo lo anterior se ha aprobado y está recogido en la RECC, Ecologistas en Acción de Cáceres señala:

● Qué no se pone el mismo empeño en renaturalizar la Ribera del  Marco de Cáceres con sus huertas, pesqueras y molinos
● Qué no se apuesta con decisión firme por la declaración de Paisaje Protegido de la Sierra de la Mosca como pulmón de la ciudad
● Que al formar parte de la RECC, El Calerizo no está aún registrada, ni reconocida como masa de agua subterránea ocupando una  extensión aproximada de unos 14 km2 y tratándose de uno de los acuíferos kársticos mayores de Extremadura que puede almacenar hasta 3 Hm3/año, en años de pluviometría media y con 7 km de longitud.

Por todo lo anteriormente indicado y ante la proximidad de elecciones locales, Ecologistas en Acción de Cáceres exige a las personas candidatas a dichas elecciones que tengan en cuenta aquellos acuerdos que estén incluidos en zonas ZEPAS, ZIR,  BIC, etc., evitando así que Cáceres quede en evidencia ante Europa y ante la ciudadanía en los próximos cuatro años.


Ecologistas en Acción Extremadura /