Comienzan las votaciones en las elecciones autonómicas de Galicia y Euskadi
· Galicia y Euskadi celebran este domingo sus elecciones autonómicas, convocadas en un principio para el 5 de abril y aplazadas por la crisis sanitaria causada por la enfermedad del coronavirus.
· Urkullu y Núñez-Feijoo parten confiados en prolongar sus mandatos, con ventaja en la mayor parte de encuestas.
Euskadi y Galicia acogen este domingo sus elecciones autonómicas, aplazadas en su programación inicial del pasado 5 de abril y que suponen los primeros comicios electorales tras la crisis sanitaria que ha paralizado al país durante meses. La pandemia continúa siendo la principal temática de fondo, tanto en la celebración de las propias elecciones, que se han visto obligadas a adoptar numerosas medidas de seguridad, como en los planteamientos políticos y de gestión de los gobiernos autonómicos, con el modelo sanitario, el miedo a los rebrotes y los planteamientos de cara a planes de «reconstrucción» ante los devastadores efectos socioeconómicos del coronavirus.
Los colegios electorales han abierto a las 9 de la mañana y continuarán abiertos, como siempre, hasta las 20:00 horas. 2 millones doscientas mil personas cuentan con derecho a voto en las elecciones gallegas, mientras alrededor de un millón setecientos mil electores decidirán la futura composición del Legebiltzarra vasco.
Ambas regiones parecen abocadas a la continuidad. En Euskadi, el el PNV de Iñigo Urkullu parece destinado a mejorar ligeramente sus resultados, subiendo, según las encuestas, entre tres y cinco parlamentarios. Aún así, necesitaría el apoyo, como en la actualidad, de otra formación, ya sea Bildu, que aparentemente se mantiene y reeditaría sus resultados de entorno a 17-19 escaños; el PSOE (11-13 escaños), que mejoraría recuperando terreno, o Unidas Podemos, que perdería entre 2 y 3 escaños. El cambio más relevante lo constituiría el franco retroceso del Partido Popular que, presentándose junto a Ciudadanos, perdería entre 3 y 6 escaños respecto a sus anteriores resultados en solitario.
En Galicia, por el contrario, el Partido Popular continúa buscando mantener su hegemonía en solitario, con el particular pulso de Núñez-Feijoo contra todos. El líder de los populares gallegos necesita ganar por mayoría absoluta, ya que cualquier otro resultado pondría en riesgo su continuidad al frente de la presidencia de Galicia. Lo hace, además, a la contra de la dirección nacional de su formación, con la que mantiene un duro pulso estratégico e, incluso, ideológico. Su campaña, personalista, apelando al galleguismo y suprimiendo casi todas las referencias al PP, dan muestra del enrarecido clima reinante entre la calle Génova y Santiago de Compostela.
Según las encuestas, Feijoo también mejorará sus resultados, doblando en escaños a su más directo competidor, el PSOE, y quedando por encima de las propuestas de BNG y la confluencia Galicia en Común.
Rebrotes
La evolución de la pandemia continúa inquietando a las autoridades en plena celebración de los comicios. Los últimos días de la campaña han estado marcados por los rebrotes de Covid-19. El pasado sábado Galicia declaró el confinamiento perimetral de A Mariña –una comarca de 70.000 habitantes situada en la provincia de Lugo– tras registrarse un foco de contagio con más de un centenar de afectados en la zona, cifra que fue creciendo en días posteriores. Del mismo modo, el País Vasco detectó un brote que acumula en torno a 70 contagios en Ordizia, una localidad de 10.000 habitantes en la provincia de Guipúzcoa.
La situación de estos territorios ha abierto un debate sobre si era conveniente celebrar los comicios y en qué condiciones debía hacerse. Según anunciaban las autoridades sanitarias, a unos 260 ciudadanos de Galicia y otros 200 en el País Vasco no se les permitirá acudir a las urnas tras haber dado positivo en coronavirus, por lo que no podrán ejercer el derecho al voto.
De hecho, el Gobierno vasco advirtió el sábado que las personas contagiadas que acudan a votar cometerán un delito contra la salud pública, por lo que podrán ser sancionadas. El pasado jueves la Junta Electoral Central avaló la restricción del voto a los contagiados pese a las quejas de algunos partidos, argumentando que la administración debe «garantizar unas condiciones adecuadas de circulación para poder acudir a votar», pero «con la salvedad de segmentos reducidos de población por motivos sanitarios suficientemente justificados en el marco de la situación de pandemia».
En medio de todas estas polémicas, los líderes regionales cerraron la campaña insistiendo en que, pese a la crisis sanitaria, votar es seguro, un mensaje que volvieron a reiterar esta mañana electoral. «Con seguridad y respeto se puede votar sin problemas», dijo Iñigo Urkullu tras votar en su colegio electoral, desde donde animó a todos los ciudadanos a hacer lo mismo porque «las elecciones son un tren que pasa cada cuatro años y hay que cogerlo».