León en Común pedimos no gastar más dinero público en el aeropuerto
En el pasado Pleno se aprobaron partidas atrasadas para el consorcio del aeropuerto por valor de dos millones y medio, mientras éste no deja de perder viajeros.
El aeropuerto de León, igual que otros de la comunidad, igual que el pantagruélico Palacio de Congresos, e igual que otras muchas obras faraónicas, es ejemplo del derroche de dinero público perpetrado en España durante los años previos a la crisis. Infraestructuras que absorbieron millones de euros de dinero público en su construcción y que lo siguen haciendo para su mantenimiento.
A estas alturas de la película ya deberíamos haber aprendido de los errores del pasado y de nuestros socios europeos. No podemos pretender tener un aeropuerto, un ave, un gran edificio y mil cosas más en cada ciudad y pueblo de España. Y no podemos porque el dinero que se tragan estos proyectos se detrae de otras partidas como innovación, empleo, sanidad, educación y servicios públicos en general.
El aeropuerto ha perdido 2.153 viajeros en 2016, a restar de una cifra tan baja que no justifica en ningún caso el gasto que supuso y supone. Menos aun justifica que el ayuntamiento de León, con los problemas presupuestarios y de deuda que tiene, destine casi dos millones y medio de euros al consorcio del aeropuerto para su promoción.
En el Pleno de diciembre nuestra concejala, Concha Lucas, pidió al equipo de gobierno que hiciera caso del Interventor municipal en su pretensión de «dejar en suspenso la ejecución del pago en tanto el consorcio no aporte la justificación documental». Al no acatar el informe de intervención citado se demuestra que estamos ante una bajada de pantalones del alcalde de León hacia el presidente de la Diputación. Una decisión política muy grave pues va en contra del criterio del funcionario máximo responsable de fiscalizar las operaciones presupuestarias a fin de que se hagan con legalidad.
Desde León en Común pedimos a los gobiernos de las distintas instituciones públicas que dejen de derrochar dinero público en todo aquello que la propia sociedad ya considera como derroche. No podemos volver al modelo del pelotazo urbanístico alimentado por este tipo de proyectos que no tiene justificación social alguna.
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