Rafael Hernando plagia las palabras del fascista Salvini, y pide a las ONGs que acudan al puerto más cercano, el de Libia

Rafael Hernando ha declarado que «con la inmigración no hay que hacer demagogia«, y ha acusado al Gobierno Sánchez de «demagogo» por decir que «el puerto más cercano a las costas libias era el de Valencia». A renglón seguido ha lamentado «las atenciones y todo tipo de privilegios» concedidos a los inmigrantes, según su tesis particular, y que el Aquarius fuera recibido «por dos ministros». «Les pediría a barcos como el Aquarius y a organizaciones no gubernamentales de este tipo que acudieran al puerto más cercano, y el puerto más cercano seguramente sea un puerto en Libia», ha añadido.

Hernando ha declarado además que «la sensación es que el Gobierno ha querido dar papeles para todos», y ha alertado de los tres tráficos, «el de armas, el de drogas y el de personas». Paradójicamente, el tercero de ellos, ha crecido desmesuradamente en el país donde el PP propone dejar a los migrantes desde el caos generado tras los bombardeos de la OTAN y derrocamiento de Gadafi.

Un informe de expertos de la ONU estimó recientemente que las propias fuerzas libias ayudan a los grupos rebeldes a controlar las rutas migratorias. «El tráfico de personas está aumentando en Libia, con graves violaciones de los derechos humanos», indica el informe, de 157 páginas, publicado en febrero de 2018. El informe cita varios casos de migrantes arrestados por agentes libios y entregados a cambio de dinero a los traficantes de seres humanos.

Otra vez el «efecto llamada»

El ex-portavoz del PP insiste en el denominado «efecto llamada» que, según sus palabras «ha generado un enorme problema a nuestro socio del sur, a Marruecos».

Hasta julio de 2018, llegaron a Europa por mar 55.001 inmigrantes, de ellos 20.992 desembarcaron en España, 18.130 en Italia, 15.528 en Grecia y 108 en Chipre. El número de ingresos a través de las costas españolas aumentó sensiblemente, aunque muchos de esos migrantes se reparten luego por Europa, tal y como pasaba en Grecia o Italia en años anteriores.  Sin embargo, las estadísticas de años anteriores muestran que este año ha disminuído el número de inmigrantes a la mitad de los que llegaron en 2017, cuando su número se elevó a 111.753, la mayor parte de ellos vía Italia (94.448). La comparativa con 2016 es aún más elocuente. En ese año (y en el mismo período de enero a julio) llegaron más de 250.000 inmigrantes a Europa por el mar (390.432 en todo el año). Es decir, que estamos en cifras casi cinco veces inferiores a las de 2016 en cuanto a la llegada de inmigrantes por mar a Europa.

El PP pide que se envíe a los inmigrantes a Libia, un país en el que la ONU denuncia torturas, ejecuciones sumarias y venta de esclavos

En marzo y julio de este mismo año, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU denunció el riesgo que corren prisioneros capturados por el Ejército Nacional Libio, que controla la parte este del país, de ser sometidos a torturas y ejecuciones sumarias. La entidad justificó su temor por informaciones que ha recogido y que revelan la participación en la tortura y ejecución personas en custodia de una unidad de fuerzas especiales, que siguen órdenes del Ejército y en particular del comandante de operaciones, Mahmud al-Werfalli.

Desde la caída y muerte de Muamar al Gadafi en 2011 como resultado de la intervención militar de EE.UU. y algunos países europeos, la ONU ha documentado asesinatos ilegales por parte de distintos grupos armados que operan para todas las partes involucradas, fruto de una impunidad que se ha impuesto.Los casos de abusos, torturas y venta de esclavos continúan en Libia y miles de mujeres y niñas son objeto de tráfico sexual. En los barcos de rescate en el Mediterráneo, los médicos comprueban las vejaciones sufridas por los refugiados que huyen de países de origen por conflictos generados desde Europa o EE.UU. que tienen por objeto el control directo o indirecto de los recursos minerales y energéticos.

Mateo Salvini, líder del partido fascista italiano «Liga Norte», propuso en junio crear centros para migrantes en la frontera sur de Libia. El viceprimer ministro del Gobierno sostenido por la ONU en Trípoli, Ahmed Maitig, gobierno que se reparte el poder con facciones terroristas en la zona, sugirió entonces que sería más acertado crear centros en los Estados de tránsito en los que se decida de antemano quién tiene derecho al asilo en Europa. «Libia está preparada con su programa de inmigración y está de acuerdo con los europeos en muchas cosas, sin embargo, rechaza categóricamente los centros dentro de Libia. Eso está prohibido por la legislación Libia».