Ecologistas en Acción solicita la expropiación del Pinar de los Belgas y su inclusión en el Parque Nacional de Guadarrama
- El Pinar de los Belgas es un bosque de pino silvestre, privado, con aprovechamiento maderero que se localiza en Rascafría. Un cambio en la normativa permite que se tale con una simple comunicación previa de la propiedad.
- El monte quedó fuera del Parque Nacional por cuestiones económicas pero es una de las fincas de mayor valor natural de la Sierra de Guadarrama.
- La inadecuada gestión que se realiza en este monte, con la utilización de maquinaria pesada (procesadoras y autocargardores), está causando graves daños al patrimonio natural y cultural de la Sierra de Guadarrama.
- Ecologistas en Acción ha solicitado por escrito a la Consejera de Medio Ambiente que se inicie un expediente de expropiación, se proceda a declarar el monte de utilidad pública y se incluya en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
El Pinar de los Belgas o monte Cabeza de Hierro tiene una superficie de 2.054 hectáreas, se localiza en el Alto Valle del Lozoya, en el municipio de Rascafría. Es una de las masas de pino albar o pino silvestre más importante de la Sierra de Guadarrama y alberga ejemplares singulares de gran porte y longevidad. Además, contiene formaciones forestales protegidas como acebedas, abedulares y tejedas centenarias. Es monte preservado y monte protector, según la Ley Forestal y de Protección de la Naturaleza de la Comunidad de Madrid.
Desde el punto de vista faunístico, alberga la colonia de buitre negro (especie catalogada en peligro de extinción en la Comunidad de Madrid) más importante de la Sierra de Guadarrama con 151 parejas y la segunda de España, después de la existente en el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres). Por ello, está incluido en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Alto Lozoya, considerado espacio protegido Red Natura 2000.
Todos estos valores y protecciones, no fueron suficientes para que la Comunidad de Madrid incluyera este monte en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarama. Quedó fuera, en la Zona Periférica de Protección, sólo para permitir que se siguiera explotando su madera. Los criterios economicistas, en favor de la propiedad, la Sieciedad Anónima Belga de los Pinares de El Paular, se antepusieron al interés general de conservación del monte, de su fauna y su flora.
En 2011, un cambio en el Proyecto de Ordenación del monte (documento que ordena en el espacio y en tiempo la corta de madera) sustituyó la obligación de obtener una autorización anual de las cortas, previa presentación de estadillos con los pinos numerados, por una comunicación previa que presenta la propiedad. Esto ha motivado que la inspección previa que hacían los agentes forestales y el control del cumplimiento de la madera que se debía cortar, ya no se lleve a cabo.
Por otra parte, la Sociedad Anónima Belga de los Pinares de El Paular ya no explota el monte, sino que se lo traspasa a empresas distintas. Estas empresas que actuan con finalidades, únicamente de rentabilidad, desatiende los principios de conservación de la flora, fauna y paisaje
En este contexto, se comprenden los daños que se están causando al monte en los últimos años. Inexplicablemente la Consejería de Medio Ambiente está permitiendo la entrada de maquinaria pesada, especialmente procesadoras (vehículo grúa que corta, desrama, descorteza y apila troncos) y autocargadores (tractor con una grúa y remolque donde se almacenan los troncos cortados).
El tamaño, volumen y rigidez de estas máquinas obligan a abrir accesos para su paso y a talar indiscriminadamente, a un lado y a otro de los pasos que abre. Resulta muy complejo no dañar ejemplares centenarios o árboles no maderebles como los acebos o los abedules que salpican el pinar. Los procesos erosivos que ocasionan son muy grandes y los restos de ramas abandonadas quedan por todas partes, durante meses, en el monte.
La utilización de maquinaria pesada, también ha dañado el puente de la Angostura (s.XVI), sobre el arroyo del mismo nombre, majestuosa construcción en mampostería, fabricada por orden de Felipe II para poder circular en carruaje desde su palacio en la Granja de San Ildefonso hasta el monasterio del Paular.
A estos hechos hay que sumar otros muchos dirigidos a conseguir el mayor beneficio del monte: el bloqueo en la clasificación de las vías pecuarias de Rascafría, intentos de crear zonas de aparcamiento de pago, un coto de caza que tiene limitaciones legales por la servidumbre de pastos con la que cuenta el monte, etc.
Estos problemas en la gestión de uno de los montes de mayor valor natural de la Comunidad de Madrid ha creado una importante inquietud social. En tanto siga en manos privadas, el monte seguirá siendo objeto de acciones inadecuadas, por lo que debe ser adquirido por la administración pública.
Ecologistas en Acción descarta la compra del monte por ser un acto expuesto a procesos especulativos que genera una propiedad patrimonial para la Administración que lo adquiere, sin calificación alguna de utilidad pública.
Por ello, la organización ha presentado a la Consejera de Medio Ambiente, Paloma Martín Martín, una propuesta de adquisición del monte por expropiación. La importancia de la expropiación es que se inicia con un expediente donde hay que declarar la utilidad pública o interés social del fin a que haya de afectarse el objeto expropiado (artículo noveno de la Ley de 16 de diciembre de 1954 sobre expropiación forzosa). Existen antecedentes recientes. En 1998, la Comunidad de Madrid llevó a cabo una expropiación conveniada de los terrenos de la desmantelada estación de esquí Valcotos, en Los Cotos. Estos terrenos, hoy restaurados, forman parte del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y se localizan próximos al Pinar de los Belgas que ahora se pide expropiar.
De momento, la organización no ha recibido ninguna respuesta pero espera que la propuesta sea estudiada y aprobada por la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibillidad.