Sira Rego señala que “la compra conjunta de gas puede abaratar algo la factura de la luz, pero Bruselas debe asumir que el problema es el modelo de mercado”
La portavoz federal de Izquierda Unida y eurodiputada de Unidas Podemos considera “totalmente insuficientes” las medidas anunciadas hoy por la comisaria de Energía, Kadri Simson, ya que no atajan el problema de raíz y permitirán que los oligopolios eléctricos europeos “sigan haciendo su agosto a costa de las familias trabajadoras”.
Miércoles, 13 de octubre 2021.
La portavoz de la dirección federal de Izquierda Unida y eurodiputada de Unidas Podemos, Sira Rego, considera que la compra conjunta de gas que el Gobierno de España ha propuesto a la Comisión Europea “puede ayudar a abaratar algo la factura de la luz”, pero advierte de que “la situación no se va a resolver hasta que Bruselas no asuma que el verdadero problema es el modelo de mercado”.
“La compra conjunta puede dotarnos de un mejor poder de negociación y, quizá, abaratar algo los precios aunque, insisto, la única solución duradera y eficaz pasa por cuestionar el mercado marginalista”, asegura.
En la misma línea, Rego valora como “totalmente insuficiente, y el ejemplo es España” la propuesta con las medidas en las que trabaja la Comisión Europea que ha presentado esta mañana la comisaria de Energía, Kadri Simson, que pretenden poner en marcha a corto y medio plazo para rebajar la grave repercusión del coste del precio de la luz.
Para la portavoz federal de IU estas medidas “no van dirigidas a bajar el precio de la energía, sino a paliar los efectos en la factura de la luz. Son medidas que ya han sido adoptadas por nuestro Gobierno como forma de atajar el problema a corto plazo, pero que son insuficientes para resolver realmente el problema; por eso los precios de la luz no han dejado de subir”.
De hecho, “la Comisión no cuestiona el verdadero problema de que los precios estén en niveles récord. Ese problema se llama modelo de precios marginalista, del que la comisaria Simson ha hecho una defensa a ultranza”.
Rego denuncia que ese diseño marginalista del mercado mayorista de electricidad “está hecho a medida de los oligopolios energéticos de los Estados miembros y es el que permite que paguemos el megavatio hora a los precios actuales, sin importar si la generación de energía viene de fuentes renovables mucho más baratas”. Con estas propuestas, advierte, “seguiremos pagando por la fuente más cara”.
“Mientras el sistema sea marginalista, da igual que un Estado miembro produzca el 40% o el 75% de su energía en renovables, porque si la última tecnología en entrar es el ciclo combinado de gas, por ejemplo, para cubrir el ‘gap’ que falta de energía, seguiremos expuestos al precio del CO2 y del gas natural en los mercados internacionales. Es decir, pagaremos el kilo de arroz a precio de kilo de caviar”, avisa.
El sistema marginalista es un modelo neoliberal ideado en los años noventa en unas circunstancias concretas: el mix de generación estaba basado en tecnologías con bajos costes fijos y elevados costes variables con peso del petróleo, gas natural y carbón. El mix actual funciona al revés: elevados costes fijos y bajos costes variables como las renovables.
El parqué de generación, por tanto, “ha cambiado, no se ajusta a las necesidades de la transición energética y pone en riesgo no solo a las familias, sino a las empresas e industrias. Esto hace peligrar la recuperación económica y la transformación que debemos acometer con los planes de recuperación”, advierte Rego.
Por todo ello, la eurodiputada y portavoz federal de IU asegura que “tomar medidas contra la pobreza energética ante la llegada del invierno sin tocar ese mercado (como propone la Comisión) significa tolerar que las eléctricas sigan haciendo su agosto a costa de las familias trabajadoras”.
“Nuestro Gobierno -destaca- ha hecho los deberes, pero a largo plazo estas medidas no son suficientes y por eso la Comisión debe afrontar el verdadero problema”, porque “no se nos debe escapar que bajar impuestos como el IVA para abaratar la factura no le sale gratis al Estado”, ya que “deja de ingresar unos recursos importantes que pueden repercutir en los servicios públicos”.