Garzón: “Restringir la publicidad de alimentos y bebidas no saludables es una acción política basada en la evidencia científica”
Consumo continuará abordando de forma “integral y participativa” con la sociedad civil y la industria alimentaria la promoción de hábitos nutricionales saludables. El ministro ve “un motivo de orgullo” que España esté “en la vanguardia” de Europa con una regulación que busca proteger a la población más vulnerable.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha asegurado este lunes que restringir la publicidad de alimentos y bebidas con altos niveles de azúcares, grasas y sal es “una acción política basada en la evidencia científica”.
Según ha argumentado el titular del ministerio en la inauguración del seminario Publicidad de alimentos dirigida a menores, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva una década recomendando la regulación de este tipo de anuncios porque “existen pruebas inequívocas de que están relacionados con la obesidad infantil”.
“El criterio no puede ser arbitrario, sino basado en la evidencia científica. Por eso, incorporamos los perfiles nutricionales de la OMS. De aquí extraemos un elemento de acción política que nos permite regular la publicidad dirigida al público infantil con el objetivo fundamental de protegerlo y garantizar que neutralizamos uno de los vectores por los que las tasas de sobrepeso son tan elevadas en nuestro país”, ha explicado el ministro.
En su opinión, la publicidad de alimentos y bebidas no saludables es “especialmente dañina” cuando está dirigida a la infancia porque “tiene la capacidad de modular comportamientos y provoca transferencias de hábitos hacia consumos más intensivos de productos azucarados y con grasas, que empeoran a lo largo de la vida adulta”.
A ello hay que añadir, como ha advertido Garzón, que el poder adquisitivo de las familias es un “factor esencial” en la decisión de compra, siendo el consumo de alimentos saludables “más frecuente en las familias con mayor nivel de ingresos”.
No es el único: la OCDE señala que las niñas y los niños con exceso de peso tienen un menor rendimiento escolar, lo que afecta directamente a su autoestima y educación posterior.
Por todo ello, Garzón ha defendido las medidas puestas en marcha por el ministerio para promover un consumo sostenible y saludable y se ha comprometido a seguir trabajando de forma “integral y participativa” tanto con la sociedad civil como con la industria alimentaria, a la que ha definido como “parte de la solución”.
“No siempre vamos a estar de acuerdo en la fórmula y nosotros no somos árbitros, sino actores con un objetivo muy claro: hacer prevalecer la salud de los más vulnerables”, ha remarcado el ministro.
En ese sentido, Garzón ha señalado que la propuesta regulatoria que está preparando Consumo para restringir la publicidad de alimentos y bebidas no saludables y que verá la luz en 2022 va a “contribuir a que nuestros niños y niñas tengan hábitos de consumo y de vida saludables que les permitan tener una salud mejor física y mental”.
Además, ha considerado que el hecho de que España esté “a la vanguardia de este tipo de regulaciones” y se asemeje así a países como Portugal o Noruega es un “motivo de orgullo”.
La alimentación, eje fundamental de la salud individual y colectiva
En este contexto, el ministro de Consumo ha recordado que la alimentación incide “de manera decisiva en nuestra salud individual y en la del planeta” y ha apostado por “la reflexión y el aprendizaje colectivo” para abordar un problema “tan preocupante” como el de la obesidad.
“En España es un verdadero reto de salud pública desde hace más de dos décadas. Más de la mitad de la población adulta española, un 53%, presenta exceso de peso. Y, de estas personas, un 16% padece obesidad”, ha remarcado.