Exigen la aprobación de un reglamento europeo riguroso sobre pélets de plástico
- Activistas de Ecologistas en Acción, junto con la red europea de organizaciones marinas Seas At Risk, exigen en Bruselas la aprobación de un reglamento riguroso sobre pélets de plástico.
- Integrantes de Ecologistas en Acción se reunieron con europarlamentarios españoles y portugueses para que el reglamento en trámite poner fin a esta contaminación generalizada y crónica.
- Mediante una acción con eurodiputados en el Parlamento Europeo, la organización ecologista recuerda que la contaminación del medio marino por estos gránulos es evitable.
Los pélets de plástico, procedan de material bruto original o de fuentes recicladas, constituyen los componentes primarios de los productos de plástico. Se fabrican en tierra y después se transportan por todo el planeta en contenedores de hasta 26 toneladas para fabricar los plásticos. “Por desgracia hemos conocido de primera mano que los containers se pueden caer al mar”, declara Cecilia del Castillo, portavoz de Ecologistas en Acción.
En 2022 se perdieron 661 contenedores. Del Castillo ha indicado que, una vez en el mar, “los sacos se rompen y la información que viene escrita en ellos no especifica su nivel de toxicidad, ni para la salud humana ni para el medio ambiente”. A pesar de la denuncia interpuesta por Ecologistas en Acción en el juzgado de Noia contra la naviera propietaria del portacontenedores, se desconoce si las empresas responsables del vertido podrán pagar los daños irremediables que han ocasionado al ecosistema marino y su biodiversidad de las costas de Galicia.
La contaminación por pélets que teñía de blanco las costas gallegas al comenzar el año es solo la punta del iceberg de un problema crónico, no solo asociado al transporte marítimo y los ríos. El goteo de microplásticos es constante a lo largo de toda la cadena de suministro: van perdiéndose durante los procesos de producción, de carga y descarga, almacenamiento y transporte, por falta de procedimientos y estructuras adecuadas para su confinamiento. Se van derramando y acumulando en los ríos cercanos para acabar en el mar.
Un informe técnico del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación estima que se pueden estar vertiendo al mar unas 5.710 toneladas de pélets, que equivale a 285.500 millones de gránulos, al año en España. En Tarragona la playa de la Pineda es una de las principales zonas de acumulación debido a su proximidad con el mayor centro petroquímico del sur de Europa, donde se concentran varias decenas de empresas del sector de la fabricación y transformación de plásticos.
Ana Freiría, portavoz de Ecoloxistas en Acción Galiza, ha manifestado: «En nuestras limpiezas de playas, las voluntarias recogían alrededor de un kilo de pélets en una mañana. Imaginad el coste y tiempo necesario para limpiar una tonelada. Y cada pélet cuenta».
Ahora, en el Parlamento Europeo se discute la propuesta de Reglamento de la Comisión Europea sobre la prevención de las pérdidas de pélets. Ecologistas en Acción espera que, tras el desastre de lo ocurrido en Galicia, el reglamento tenga la máxima ambición y exija al menos que se incluyen medidas de prevención y responsabilidad para el transporte marítimo de pélets para evitar que sigan ocurriendo pérdidas desde buques.
También es clave eliminar las exenciones de todas las medidas de prevención, confinamiento y auditorías a todas las empresas de la industria del plástico, aunque sean PYMES (ya que manipulan toneladas de pélets al año) para acabar con la contaminación constante desde tierra, fácilmente evitable. Además, es necesario asegurar que se instalen estructuras adecuadas para evitar pérdidas como recintos en las zonas de manejo de pélets y embalaje de calidad para pélets capaz de resistir impactos o caídas. Así como la identificación obligatoria y clara de su contenido, especificando la toxicidad para la salud humana y para el medio ambiente de los gránulos.
Está comprobado que estos microplásticos presentan distintos riesgos para los ecosistemas marinos y terrestres. El más evidente es que sean ingeridos por la fauna y pasen a la cadena trófica, con impactos sobre sus organismos; pero además, los pélets muestran una tendencia a acumular sustancias tóxicas y pueden facilitar el transporte y dispersión de patógenos por los ecosistemas marinos y costeros.
Cecilia del Castillo ha concluido: “Tras el episodio vivido en las costas gallegas, es el momento de que la clase política demuestre que les preocupa el mar, su biodiversidad y el futuro del sector pesquero. Los impactos sobre los ecosistemas de estos microplásticos no están contabilizados y la limpieza y restauración parcial no puede seguir recayendo sobre la ciudadanía y los medios públicos, como ha ocurrido en Galicia. Las empresas tienen que pagar lo que contaminan, pero, sobre todo, tienen que dejar de contaminar. Por eso es fundamental instaurar medidas estrictas de prevención en toda la cadena de suministro”.