Varios orangutanes reclaman en la Plaza de Callao de Madrid el fin del uso del biodiésel de palma
- Ecologistas en Acción y Cactus Teatro han realizado, en la madrileña Plaza de Callao, una acción artística sobre el uso del biodiésel de palma y sus efectos medioambientales, sociales y económicos.
- Aunque es muy desconocido, en España se destina el 83 % del aceite de palma importado a la producción del biodiésel.
- Esta acción forma parte de la campaña internacional #NotInMyTank (#NoEnMiDepósito en España), de la que forma parte Ecologistas en Acción.
La mayoría de la población desconoce que el diésel que utilizan los coches contiene hasta un 7 % de biodiésel, que en España está producido en su mayor parte a partir de aceite de palma. De hecho, el 83 % del aceite de palma que se importa es utilizado para producir biodiésel. Este tipo de “aceite vegetal” ha sido subvencionado y aprovechado por la industria para disfrazarlo como una “opción ecológica” con la que reemplazar los combustibles fósiles.
Sin embargo el biodiésel, mal llamado “diésel verde”, tiene una doble cara y la realidad es que su producción tiene grandes impactos ambientales y sociales tanto directos como indirectos. Por ejemplo, las emisiones de CO2 del biodiésel son tres veces superiores que las del diésel fósil debido sobre todo a la deforestación y el cambio de usos de la tierra. Esto implica, además, la destrucción de hábitats de inconmensurable valor, con la consiguiente pérdida de biodiversidad y extinción de especies como el orangután de Borneo. En términos sociales, este monocultivo intensivo está ligado a la violación sistemática de derechos humanos de las comunidades locales.
Según Rosalía Soley, coordinadora de la campaña ‘No en mi depósito’ de Ecologistas en Acción, “el aceite de palma no es sostenible e implica una gran contradicción cuando es tratado como una fuente de energía renovable dentro de un sistema de consumo voraz y un tipo de movilidad altamente contaminante e insostenible. Todo ello a costa de la destrucción de la biodiversidad y violación de derechos humanos”.
Las empresas interesadas en que continúe utilizándose el aceite de palma en la producción de biodiésel sostienen que existe la certificación de la International Sustainability and Carbon Certification (ISCC), que acredita la sostenibilidad para todas las materias primas y mercados a escala global. Sin embargo, pese a este esquema de certificación, el informe de la Fundación Changing Markets (2018) pone en entredicho que realmente se cumplan los criterios ambientales, sociales y legales en los países productores como Indonesia, Malasia, Colombia, Ecuador y regiones como Centroamérica.
Cecilia Sánchez, dinamizadora de la campaña, añade que “este tipo de certificados de sostenibilidad del aceite de palma han sido muy criticados porque están en manos de las mismas empresas que devastan las selvas, destruyen especies, queman turberas o mantienen a personas en condiciones laborales de semiesclavitud”.
Para sensibilizar sobre este problema, Ecologistas en Acción ha organizado una actuación de calle. Los orangutanes de Borneo han llegado a Callao para mostrar las consecuencias de la destrucción de las selvas de Indonesia, una catástrofe que solo se puede parar si se deja de quemar aceite de palma en los depósitos. Durante la acción se ha invitado a las personas asistentes a firmar una petición dirigida a la Comisión Europea para que acabe con los subsidios al aceite de palma.