La plantilla del Hospital ‘Gómez Ulla’ acusa a la dirección de dificultar la comunicación de enfermería con pacientes de cardiología

La Sección Sindical de CGT en el Hospital Central de la Defensa ‘Gómez Ulla’ de Madrid, adscrito al Ministerio de Defensa, ha acusado a la dirección del centro de dificultar la comunicación del personal de enfermería con los pacientes de cardiología, al no disponer de ‘comcenter’ desde finales del mes de marzo.

Según ha explicado la Sección a través de un comunicado, el ‘comcenter’, «es la herramienta que permite al paciente comunicarse con el personal de enfermería en cada turno». Así, apuntan que tras una avería, el ‘comcenter’ de la Planta 12 del Hospital, donde se encuentra cardiología, dejó de funciona.

«El traslado de los pacientes de la planta 12 a otra unidad es imposible, dado que una de las peculiaridades de este servicio son las telemetrías, y la instalación para que éstas funcionen se encuentra única y exclusivamente en esta unidad, sin poder trasladarse a otra», ha advertido el sindicato.

Ante las reclamaciones de personal y pacientes, CGT señala que la dirección del centro hospitalario tan solo ha ofrecido la posibilidad de ponerse en contacto con enfermería desde las habitaciones a través del teléfono «el número de extensión del control de enfermería de dicha planta, recibiendo así las compañeras la llamada al teléfono de la unidad, que además es el mismo que usa para comunicarse con otros servicios, con médicos, supervisión de enfermería».

Una solución que no satisface en absoluto al personal, que estiman que supone un riesgo ante pacientes que precisan de un cuidador, los cuales identifican con la mayoría. «Por no hablar del grave peligro en caso de una caída o una parada cardiorrespiratoria», han añadido desde CGT.

De este modo, el sindicato ha denunciado que, desde la dirección del centro, «se está poniendo en peligro de manera sistemática desde el mes de marzo la vida y la seguridad de los pacientes que ingresan en la planta 12 del hospital». Asimismo, apuntan que la situación supone «someter a los trabajadores a un estrés añadido en su jornada laboral, dada la dificultad que supone no poder comunicarse con sus pacientes de manera segura, durante los turnos de trabajo».