El Principado autoriza mas residuos a la cementera de Aboño a pesar del impacto para la salud de los miles de colindantes
Preocupa que la Consejería de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico de Asturias, resuelve autorizar sin información pública la utilización de nuevos residuos en los procesos de la cementera de Aboño en el concejo de Carreño justo al límite con el concejo de Gijón, tal como hoy publica en el Bopa
Desde la Coordinadora Ecoloxista llevanaños reclamando que se retiren las autorizaciones para la quema de residuos en la cementera de Aboño, de acuerdo a los numerosos estudios que hablan del impacto sobre la salud de los colindantes esta gestión inadecuada de los residuos.
Hay que recordar que el Principado autoriza a la empresa a quemar miles de toneladas de diversos residuos; neumáticos fuera de uso, residuos pesados de fragmentación de vehículos, residuos domésticos y residuos asimilables generados en comercios, industrias e instituciones, ahora también ánodos, así como cenizas de hogar o escorias y cenizas volantes de otras comunidades.
Hay que recordar que en un radio de 5 km a la cementera viven más de 200.000 personas de los concejos de Gijón y Carreño, que ya tienen un aire muy contaminado. A pesar de ello el Principado permite la quema de los residuos despreciando el impacto que esta tiene en la salud de los colindantes.
Esta peligrosa práctica de incinerar residuos en una cementera, que está preparada para hacer clinker para cemento, no destruir residuos, esta práctica muy cuestionada en toda España, donde se están revocando la autorización para quemar residuos ante la presión ciudadana por la contaminación asociada que genera en la zona las cementeras.
Hay que recordar que la combustión de estos residuos especiales genera productos contaminantes, algunos muy perjudiciales para la salud humana. Está demostrado que en los procesos de combustión se generan dioxinas, pudiéndose incrementar esta generación con la incineración o coincineración de residuos.
La destrucción térmica de los residuos es la peor forma de gestionar los residuos por su fuerte impacto ambiental asociado, y por la destrucción de materias primas que no pueden ser recuperadas ni recicladas en otros procesos. Las presiones que están haciendo las cementeras para conseguir gestionar los residuos como combustible no solo significan un riesgo para los colindantes y el medio ambiente, sino una pérdida de calidad cierta del cemento fabricado.
No podemos aceptar que una planta de producción de cemento que ya tiene graves problemas ambientales en su proceso y que ha duplicado su tamaño se convierta en una planta de tratamiento de residuos industriales con los riesgos que suponen para los colindantes estos materiales y sus tratamientos, todo para abaratar costes a cuenta de la salud de los colindantes. Asturias tiene que mirar lo que ha sucedido en otros lugares y en otros lugares para pensar en que aquí estamos tragando lo que no quieren en otros lados.