Enfermeras/os de los centros de salud de Madrid: “O vacuno o cuido de mis pacientes. Las dos cosas a la vez es imposible”
- Las plantillas enfermeras en los centros de salud están muy precarizadas por lo que, ante la necesidad de tener que vacunar, solo queda la alternativa de suspender actos sanitarios enfermeros.
- Si no se amplía la plantilla enfermera se pierde la esencia de lo que es la enfermera comunitaria, que no es otra cosa que la prevención de la enfermedad. En AP faltan, al menos, 2.000 enfermeras más.
Madrid, 15 de octubre 2024.- El 7 de octubre comenzó la vacunación contra la gripe y el Covid en los centros de salud de la CAM y sus consecuencias ya se notan. Las enfermeras han tenido que suspender cientos de actos enfermeros, se han bloqueado agendas, se demora la atención a los pacientes en las consultas de Enfermería (crónicos y programa del Niño Sano) o directamente se suspenden programas de Educación para la Salud (Eps) que llevan todo el año desarrollándose.
“Durante varios meses, hasta el 31 de enero, muchas enfermeras de algunos centros de salud solo podrán atender ‘lo urgente’. El resto de procesos enfermeros tendrán que esperar, espaciarse mucho en el tiempo o, simplemente dejar de hacerse. Es la consecuencia de tener plantillas muy reducidas y que de que Consejería programe campañas sin tener en cuenta el profesional enfermero con el que cuenta”, explican desde el Sindicato de Enfermería, SATSE, en Madrid que lleva años reclamando un Plan de Vacunación acorde con los recursos humanos existentes.
Necesitamos al menos 2️⃣0️⃣0️⃣0️⃣ enfermeras más en Atención Primaria‼️
— SATSE Madrid (@SATSE_Madrid) October 15, 2024
Actualmente las agendas de enfermería en los centros de salud tienen que bloquearse o retrasarse para poder llevar acabo la campaña de vacunación de la gripe y COVID.https://t.co/2roEgFyR2u pic.twitter.com/nPom5yC2aR
No hacen formación para pacientes crónicos
Las enfermeras de algunos centros de salud critican que se están viendo obligadas, por falta de plantilla, a no hacer formación a pacientes que utilizan sensores, dispositivos como, por ejemplo, los que se implantan a los diabéticos para controlar sus niveles de azúcar en sangre las 24 horas al día.
“Estos instrumentos, que ya se están facilitando gratuitamente, tienen una importancia esencial en la salud de los diabéticos. Por su complejidad, los pacientes tienen que conocer perfectamente cómo funcionan y para qué sirven. Necesitan que se les explique sus funcionalidades y a quien acudir cuando tengan una duda o problema con ellos. No se puede hacer por falta de tiempo”.
Lo mismo ocurre con los pacientes crónicos que ven cómo se les posterga la cita para otras fechas o directamente se anulan ante la falta de tiempo por parte de las enfermeras que han que dedicar gran parte de su jornada (o la práctica totalidad de ella en algunos casos) a la vacunación.
Las revisiones del niño sano en algunos centros con menor número de enfermeras también se tienen que suspender y se les cita para más adelante cuando la campaña de vacunación finalice o esté a punto de hacerlo.
Cuando la plantilla es muy corta (hay centros de salud en la CAM que solo cuentan con tres enfermeras por turno) una de ellas suele encargarse de la vacunación y las otras dos se coordinan para hacer su trabajo y el de la compañera. Tienen que hacer domicilios, atender urgencias y las consultas enfermeras que haya, sin olvidar los pacientes de la compañera que está vacunando, etc. “Al final se recorta en lo no urgente. Durante meses atendemos casi exclusivamente lo que no puede esperar”, explican.
Bloqueo de agendas y plantillas muy precarias
Desde el 7 de octubre muchas enfermeras se ven obligadas a ‘bloquear’ sus agendas a partir de las 12:30 horas que es cuando comienzan a vacunar. Acto que, casi siempre, lo llevan a cabo (si la plantilla lo permite) entre 2 enfermeras ya que una vacuna y la otra introduce los datos de la vacunación en los programas informáticos correspondientes (la vacuna del Covid, por ejemplo, se tiene que insertar en la cartilla de vacunas del paciente y en un registro externo por lo que son dos registros diferentes).
La Consejería de Sanidad argumenta que se han contratado refuerzos, pero la realidad es que solo se ha hecho para atender urgencias médicas (el conocido como Apade médico: pacientes que se presentan en el centro de salud en demanda de atención urgente), nada de urgencias de Enfermería, domicilios, etc. Sólo apoyo al médico.
La plantilla de enfermeras/os del Sermas es la más precarizada de todo el Estado, con 0’51 enfermeras por 1.000 habitantes en Atención Primaria frente a las 0’7 de media nacional. Para llegar a esa media sería necesario contratar, al menos, 2.000 enfermeras más.