Redacción •  Actualidad •  15/11/2021

Escaladores de Greenpeace entran en la regasificadora de Reganosa para denunciar el impacto del gas en el medioambiente y en las facturas del gas y de la luz

  • Tras el resultado insuficiente de la COP26, Greenpeace denuncia la dependencia del gas y se suma a las movilizaciones para pedir su eliminación y la del resto de combustibles fósiles.
  • La organización ecologista, junto con asociaciones vecinales y ecologistas locales, se suma al recurso contra la nueva autorización de la planta de Reganosa.
  • Greenpeace ha lanzado una iniciativa europea ciudadana para prohibir el lavado de imagen de las empresas de combustibles fósiles mediante campañas engañosas.
Escaladores de Greenpeace entran en la regasificadora de Reganosa para denunciar el impacto del gas en el medioambiente y en las facturas del gas y de la luz

Mugardos, 15 de noviembre de 2021.- “EL GAS ES CARO Y CONTAMINA”. Ese es el mensaje contundente que, a más de 30 metros de altura, activistas de Greenpeace han colocado hoy a los depósitos de la planta regasificadora de Reganosa en Mugardos (A Coruña) para demandar su cierre y pedir a la clase política y a las empresas energéticas un plan de abandono progresivo del gas en nuestro país. La organización ecologista denuncia la dependencia del gas, causante de la subida del precio de la energía y de la emergencia climática.

El gas es un combustible fósil contaminante, como lo son el petróleo o el carbón. Es un potente emisor de gases de efecto invernadero compuesto fundamentalmente por metano, un gas con un potencial de calentamiento global 84 veces superior al del CO2 a los 20 años, y sin su eliminación paulatina no se podrá frenar la emergencia climática y la crisis energética.

“Hemos venido a uno de los lugares donde se genera tanto la crisis energética como la climática para decir que el gas no es la solución a ninguna de las dos cosas”, ha manifestado Francisco del Pozo, responsable de la campaña para la eliminación de los combustibles fósiles en Greenpeace España.Nos están vendiendo que el, mal llamado, “gas natural” es un combustible verde y de transición, pero en realidad es un destructor del clima, que está llevando a los hogares a padecer altas tarifas de luz y calefacción”.

Tras el insuficiente acuerdo de la COP de Glasgow, es más necesario que nunca que los gobiernos nacionales den un paso al frente. El Gobierno español lleva tiempo presumiendo de compromiso contra la crisis climática, pero si no trabaja en un plan para el abandono de los combustibles fósiles como el gas, estará dando la espalda a las recomendaciones científicas para evitar los peores impactos contra el cambio climático y proteger así a las personas. Otra grave consecuencia es la subida de la factura de la luz y del gas: El incremento de los precios de la energía está causado por la volatilidad del gas y la dependencia que tenemos de otros países y, solo planificando su abandono, los gobiernos podrán proteger a las personas más vulnerables afectadas por la crisis energética.

El gas es el combustible fósil que más crece en el mundo y se ha convertido en la segunda fuente de energía fósil en Europa. La organización ecologista considera imprescindible establecer un calendario para el abandono de este combustible, junto con el resto de energías sucias, y aumentar la proporción de energía renovable en el mix energético, contando con la participación de la ciudadanía. Greenpeace demanda un sistema eléctrico 100% renovable, libre de gas fósil, no más tarde de 2030, y alcanzar el cero neto de las emisiones en 2040.

La planta de regasificación a la que hoy ha accedido Greenpeace, propiedad de Reganosa, con participación de la Xunta de Galicia, es uno de los puntos calientes de la llamada crisis del gas. A la escalada de precios que están viviendo los hogares, se suma la actual emergencia climática. Solo en 2021, se estima que la planta de Mugardos va a ser responsable de más de 5 millones de toneladas de emisiones directas anuales de CO2 (las mismas emisiones que casi 1,6 millones de coches durante un año).

Oposición vecinal y ecologista local contra Reganosa
La protesta pacífica realizada hoy por Greenpeace, cuenta con el apoyo de representantes del Comité Cidadán de Emerxencia para a Ría de Ferrol, plataforma que, desde hace años, agrupa a numerosas entidades locales contra la presencia de la regasificadora en Mugardos. “Durante más de dos décadas, y con el beneplácito de los gobiernos, Reganosa se ha dedicado a comprar voluntades para legitimar su presencia ilegal en nuestra ría, ocultando el impacto ambiental en la misma y contribuyendo a la emergencia climática“, ha declarado el Coordinador del Comité, Manuel Rodríguez Carballeira.

Por otra parte, Greenpeace se ha sumado a la lucha que lleva realizando, también desde hace décadas, el Comité Cidadán de Emerxencia para a Ría de Ferrol (CCERF), uniéndose a su recurso contra la ilegalidad de la planta de Reganosa. Exigimos una fecha de paralización y desmantelamiento de la planta de Mugardos por su peligrosidad y por su coste social y climático, asegurando un cierre ordenado y una transición justa que genere empleos verdes y alternativos para la región.” ha declarado Patricia Gabeiras, responsable legal del CCERF.

Petición contra el blanqueo de los combustibles fósiles
El pasado 4 de octubre, Greenpeace, junto con otras 20 organizaciones, lanzó una iniciativa europea ciudadana para prohíbir la publicidad y patrocinios de los combustibles fósiles. El objetivo es conseguir un millón de firmas a través de la web ¡Basta de publicidad de combustibles fósiles! [1]. Con este fin, Greenpeace ha realizado acciones de protesta similares en puntos de la geografía española como Sagunto y también en otros países europeos como Holanda o Croacia.

Notas

[1] Más información sobre la Iniciativa Ciudadana Europea para Prohibir la publicidad y los patrocinios de combustibles fósiles: www.banfossilfuelads.org(Una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) es una petición reconocida oficialmente por la Comisión Europea. Si una ICE alcanza un millón de firmas verificadas en el plazo permitido, la Comisión Europea está legalmente obligada a responder y puede considerar la posibilidad de incorporar nuestras demandas a la legislación europea).

 


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