Redacción •  Actualidad •  17/03/2025

Nace la iniciativa EcoMetroPolis para respaldar la lucha ecosocial en Sevilla

  • La red de apoyo, que aúna treinta colectivos, realizará acciones encaminadas a mejorar la calidad ambiental de Sevilla y su área metropolitana.
Nace la iniciativa EcoMetroPolis para respaldar la lucha ecosocial en Sevilla

El pasado sábado día 14 de marzo, tuvo lugar el segundo encuentro donde se han dado cita colectivos ecosociales vinculados con el medioambiente, la ecología y el desarrollo sostenible. Con el objetivo de crear un frente común, treinta entidades, plataformas, colectivos conservacionistas, federaciones y asociaciones de vecinos han comenzado a tejer una red de apoyo mutuo frente a la amenaza y el deterioro que sufre la salud ambiental en la ciudad de Sevilla y su área metropolitana.

“La emergencia climática nos expone a riesgos imprevisibles para la habitabilidad pero también el aumento de contaminación, la pérdida de verde urbano, la degradación de espacios de alta calidad ecológica, incluidas las huertas periurbanas, y en general, la vinculación ambiental de las actividades humanas hace que tratemos de encontrar soluciones conjuntas a problemas comunes en el ámbito EcoMetroPolitano”. La constitución definitiva de la propuesta llega tras el primer encuentro, que tuvo lugar el pasado día 1 de febrero en el Parque del Alamillo y confirma la decisión de actuar conjuntamente “para mejorar la habitabilidad, la salud y la calidad ambiental en Sevilla”.

La emergencia climática tiene muchas aristas pero el grave deterioro ambiental que sufre el hábitat urbano, en sus palabras, tiene consecuencias en la calidad de vida de las personas que no pueden tratarse únicamente en los hospitales y centros de atención sanitaria, aseveran.

“Vemos a diario la fuerte dependencia del coche en el estado del tráfico de esta ciudad. Esto tiene consecuencias para la seguridad y la calidad del aire. Si le sumamos la inestabilidad del tiempo, a la falta de planificación urbana y el deterioro del arbolado urbano, el resultado es una bomba de relojería como ocurrió el pasado 2023 con la borrasca Bernard. Los desastres ecológicos, la contaminación del río, la pérdida de espacios de calidad ambiental, todo está relacionado y apunta a la destrucción de servicios ecosistémicos valiosos, especialmente necesarios para la calidad de vida de las personas”.

Las asociaciones que se han reunido en la sede de la Casa Sahara durante la mañana del sábado, comparten muchos puntos comunes a la hora de resistir activamente y promover espacios ricos, desde un punto de vista ambiental en sus territorios, apoyados en muchos casos por un comité profesional, técnico y científico.

La dependencia energética es cada vez mayor y nos hace más vulnerables en las ciudades. De hecho, el impacto ambiental aumenta la brecha de vulnerabilidad. La emergencia climática tiene efectos muy diferentes en los distintos barrios del centro y la periferia. Desde fuertes rachas de viento, acompañadas de lluvias torrenciales (incluyendo inundaciones trágicas como la que hemos sufrido en Valencia) a nuevas enfermedades por efecto del cambio global, como el Virus del Nilo Occidental, que transmite un simple mosquito.

«Estamos sufriendo ataques desde muchos frentes que en las grandes ciudades son más evidentes. Vemos crecer el interés por parte de grandes sociedades a manos de grupos de inversión internacionales, que operan a través de la gestión de carteras de créditos y fondos buitre, a los que únicamente les interesa especular con los recursos andaluces, algo que se comprueba en el auge del extractivismo minero o el crecimiento desaforado del sector inmobiliario, donde los apartamentos turísticos afectan a bienes básicos como la vivienda y la economía familiar. Esta «cultura del Pelotazo» pone la ciudad en venta y nos perjudica a todas las personas que habitamos en ella.

La Plataforma ciudadana S.O.S. Guadalquivir defiende la calidad del estuario del Guadalquivir frente a la reapertura de la Mina Los Frailes en Aznalcóllar (en su próxima reapertura desde el desastre de 1998) y la Mina las Cruces, contra la contaminación que el extractivismo minero de dos empresas internacionales están provocando en nuestra comarca. La Red de Sevilla por el Climadesde un perfil multidisciplinar se centra en la emergencia climática y la desfragmentación a través del Anillo Verde y Azul de Sevilla; WWF Sevilla, Ecourbe y Ecologistas en Acción, trabajan la sostenibilidad a través de la investigación y la educación ambiental en temas como la conservación de la biodiversidad, la movilidad sostenible o los residuos urbanos; Artistas por Tablada dan visibilidad a toda esta problemática de forma artística y transversal al problema del desarrollo insostenible. La Mesa ciudadana para conseguir que Tablada sea un espacio libre que mejore la calidad del aire y proteja la ciudad en caso de inundaciones. La Defensa del Territorio del Aljarafe pone especial atención en los nuevos planes urbanísticos metropolitanos. Otras asociaciones, como Pulmón Verde, Huerto del Rey Moro y la Revuelta trabajan, para combatir la carencia de zonas verdes que caracteriza al centro de Sevilla, contra el urbanismo despiadado que borra su identidad debajo de una ciudad de cartón piedra. La Plataforma SAVE! defiende un anillo verde y azul desde las lagunas del este para toda Sevilla; Torreblanca Verde defiende la integración social en la mejora del verde urbano y también trabajan la pobreza energética, como hace la Comunidad Energética en San Jerónimo. Desde el sur, Parque Vivo del Guadaira, Las Portadas de Dos Hermanas, la Asociación Montequinto Ecológico y Espacio Verde Cortijo el Cuarto, en Bellavista, luchan contra el impacto del urbanismo inmobiliario y la contaminación, a favor de la restauración ambiental y el verde urbano. La Asociación de Vecinos el Triángulo se moviliza recientemente contra la especulación en Santa Justa; la AVV Iniciativa Ciudadana RUN o Reverdes Macarena por un modelo de ciudad diferente que tenga en cuenta la movilidad sostenible, el verde urbano, los espacios libres y la salud pública para conseguir una ciudad segura, accesible y respirable para todas las personas, reduciendo la polución atmosférica y acústica. Otros colectivos como el de Jardines comestibles o la Red Tejar en el norte de Sevilla, trabajan desde la Permacultura el “diseño del paisaje para generar espacios sostenibles de acceso libre, promover la soberanía alimentaria y la solidaridad en un modelo de ciudad resiliente que nos prepare ante el colapso. Muchas de estas asociaciones buscan un modelo de ecomunicipalismo donde la participación ciudadana sea real y permita la implicación comunitaria mediante proyectos concretos en red con otros colectivos. Otras, como Redes de Educación trabajan desde la escuela pública por integrar todas estas temáticas en el mundo educativo.

En palabra de los portavoces de la asociación: «la falta de participación ciudadana y transparencia institucional respecto a la planificacion territorial, recuerda que no se puede retroceder ni un paso, pues las élites son lobbies fuertes que presionan a los poderes públicos mediante herramientas como la recalificación, la transformación de los porcentajes de edificabilidad y VPO, que dejan de serlo para convertirse en vivienda de lujo en espacios hasta ahora libres; una urbanización basada en el crecimiento ilimitado de la ciudad, dependiente del transporte privado y motorizado, contamina y congestiona el tráfico que se ha tornado imposible en la ciudad. La reducción del espacio al peatón afecta tanto a la seguridad de las personas (mayores y niños) como a la calidad del aire que respiramos. Además, las intervenciones urbanas que revalorizan ciertas áreas, aumentan el precio de los inmuebles pero expulsan a las personas de ingresos medios y bajos. La rapidez con la que se pierde cada vez más calidad ecológica, aumenta la brecha social y el impacto ambiental de las actividades humanas.

«Se realizan plantaciones y luego se riega con pesticidas, acabando con la cubierta vegetal y contaminando el suelo. Esto afecta al ciclo de los nutrientes y a las defensas del árbol, haciendo que enfermen. Así se dejan morir masivamente los árboles para después ser talados, enfermos, sin tener en cuenta la urgencia de mitigar y adaptarse al calentamiento en una ciudad que sufre, más que otras, las olas de calor. Las altas temperaturas suelen venir acompañadas de cortes de luz recurrentes, principalmente en los barrios más humildes». Los próximos encuentros que trabajarán de forma coordinada la acción directa para que tenga repercusión en la opinión pública, pretende así despertar conciencia sobre estos problemas, que no descartan iniciativas a nivel jurídico y administrativo.


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