Redacción •  Actualidad •  17/09/2016

El CSN confirma que las centrales de Almaraz y Ascó operan con piezas de calidad defectuosa

Greenpeace solicitó información hace tres meses al conocer que estas dos plantas habían comprado componentes con irregularidades a la francesa Areva. La organización ecologista manifiesta su falta de confianza en la Dirección General de Seguridad Nuclear del CSN. Greenpeace pide que no se amplíe la vida de las centrales nucleares y se mantengan estrictos controles de seguridad

El CSN confirma que las centrales de Almaraz y Ascó operan con piezas de calidad defectuosa

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha confirmado las sospechas de Greenpeace al reconocer las irregularidades de los generadores de vapor de las centrales nucleares de Ascó y Almaraz, unos componentes fabricados con piezas procedentes de la empresa Le Creusot Forja (filial de Areva) quien informó a finales de abril sobre 400 irregularidades en otros tantos componentes producidos desde el año 1965.

Greenpeace preguntó en mayo al CSN sobre este asunto al conocer el escándalo de Areva y la posible llegada a Ascó y Almaraz de piezas afectadas, aunque no obtuvo respuesta hasta hoy. Además de estas irregularidades, también se han encontrado problemas en la brida de la tapa de la vasija de la unidad 2 de Almaraz, cuyo suministrador es Westinghouse.

Según el CSN, la empresa Equipos Nucleares S.A. (ENSA), que compró estas piezas a Areva sin detectar las irregularidades, ha sido la encargada de documentar y valorar el estado de los componentes afectados y ha concluido que “son aceptables para seguir funcionando sin restricciones”, juicio que hace suyo el CSN.

Greenpeace lamenta que el CSN no detectara las irregularidades antes, lo que hace que “la confianza en los estándares de calidad de los componentes nucleares esté quebrada, al igual que lo está la empresa que falsificó estos controles”, ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.

El CSN no da ningún tipo de información acerca de otros componentes instalados en otras plantas de esta empresa, ni tampoco aclara si el descubrimiento de los problemas en las piezas de Westinghouse tienen el mismo origen que las proporcionadas por Areva.

La seguridad nuclear se mejora cuando los reguladores vigilan antes de que las cosas ocurran, no cuando se limitan a certificar los fallos. Tras este escándalo otro principio  básico de la seguridad nuclear está dañado y es la confianza de que las piezas en el circuito primario jamás pueden tener una avería”, ha concluido Montón.


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