Denuncian talas de arbolado y maltrato a la vegetación urbana de Madrid
- Aumenta por toda la capital el número de obras de remodelación del espacio público a siete meses vista de las elecciones municipales.
- Ecologistas en Acción denuncia que las prisas y una mala gestión del verde urbano está causando graves daños en la ciudad.
- Desaparecen la mitad de los árboles en la Plaza del Carmen y en el Parque de la Cornisa se han talado decenas de ejemplares de gran porte y en buen estado.
- Las remodelaciones de las calles incumplen el protocolo para la protección del arbolado existente.
Cada vez que finaliza un ciclo electoral, el Ayuntamiento de Madrid anuncia un incremento en la inversión en obras públicas con el objetivo de tenerlas ejecutadas antes de las nuevas elecciones municipales. Desde finales de agosto, la ciudad de Madrid ha visto cómo proliferan las obras de remodelación de calles, transformación de áreas ajardinadas y reforma integral urbana. La Dirección General del Espacio Público, Obras e Infraestructuras tiene sobre la mesa 21 proyectos de gran envergadura en fase de ejecución o aprobados. Además, según datos facilitados por la Dirección General de Conservación de Vías Públicas, tan sólo en la semana del 3 al 9 de octubre 140 calles de Madrid se verán afectadas por actuaciones en calzadas, aceras y vías públicas.
Ecologistas en Acción Madrid está a favor de la mejora del espacio público y las zonas verdes, pero denuncia el incremento descontrolado y simultáneo de estas obras, que juega en contra del interés público general y la conservación del patrimonio natural existente. Protestas vecinales y evidencias de mala praxis en la gestión del arbolado urbano están salpicando estos procesos.
Menos verde
El pasado viernes 14 de octubre se pudo observar cómo se empezó a talar el arbolado de la Plaza del Carmen. La eliminación de 28 ejemplares forma parte del proyecto de remodelación de espacio público y rehabilitación del aparcamiento subterráneo. Esta medida supone la desaparición de más de la mitad de los árboles de la zona peatonal. La actuación no parece que esté motivada por problemas del arbolado, más bien puede estar ligada a la reparación de la impermeabilización de la cubierta del aparcamiento y los intereses de un hotel privado de lujo ubicado en la propia plaza.
Esto ocurre menos de un mes después de que en el Parque de la Cornisa las comunidades vecinales denunciaran la tala de decenas de árboles sanos y de gran porte para la construcción de nuevas instalaciones. La reforma del Parque de la Cornisa forma parte de la serie de actuaciones anunciadas este verano por la Junta Municipal de Distrito Centro para la mejora de parques, plazas y equipamientos, que continuarán con las obras de los parques Casino de la Reina y Atenas. Existe preocupación acerca del alcance de dichas obras una vez constatadas las agresiones ambientales con las que han comenzado las obras del Parque de la Cornisa.
La organización ecologista lleva tiempo insistiendo en la insostenibilidad del modelo de urbanismo por el que se guía el Ayuntamiento de Madrid: basado principalmente en el cemento.
La ciudadanía madrileña es testigo de cómo las obras en el espacio público, a menudo, suponen un retroceso en zonas verdes. Casos como el de Plaza de las Descalzas, donde se han sellado las superficies ajardinadas, o la reciente apertura de la plaza de acceso al nuevo Centro Deportivo Municipal de la Cebada, sin presencia alguna de vegetación, demuestran esta tendencia. El caso más paradigmático reciente es el de Plaza de España, altamente criticado, que ha abierto las puertas a una privatización del espacio público, una práctica que se está extendiendo por toda la ciudad con la proliferación de terrazas y otros usos de carácter lucrativo.
Otra constante es aprovechar las obras para el tapado de alcorques. En la Plaza Luca de Tena, bajo la excusa de la adecuación y mejora de la accesibilidad, se ha aprovechado para eliminar alcorques vacíos, ante la consternación de sus usuarios, que llevaban demandando la replantación de un arbolado ausente desde hace mucho tiempo. No es el único caso, ya que esta es una práctica habitual por parte de la administración actual.
En las obras de la calle Comercio se han talado árboles y se ha hormigonado los alcorques que los alojaban con motivo de las obras de accesibilidad de metro. En la plaza de Peñuelas se ha denunciado igualmente el tapado de alcorques. En otras ocasiones las obras no proceden a la eliminación de alcorques, pero actúan sobre los propios alcorques reduciendo su superficie expuesta, como en el caso de la remodelación de la calle Jorge Juan, o los cubren con superficies drenantes a base de resinas y áridos de colores.
Aún más grave es el caso de la calle Bergantín, donde alrededor de 40 ejemplares han sido asfaltados hasta el mismo tronco del árbol, como parte de las obras vinculadas a la operación Asfalto del Ayuntamiento de Madrid que lleva extendiéndose por la ciudad desde hace meses.
Estas prácticas, además de perjudicar el desarrollo natural del árbol, suponen una oportunidad perdida al negar la posibilidad del ajardinamiento de los alcorques, como ya se está haciendo sistemáticamente en muchos municipios españoles, pero en lo que Madrid va con retraso. Los alcorques se pueden tratar como pequeños ecosistemas en los que tienen cabida varios estratos de vegetación que acompaña al árbol y conserva la humedad del suelo, además de atraer a insectos polinizadores.
Ecologistas en Acción rechaza cualquier actuación de transformación del espacio público que no sepa aunar la mejora de la accesibilidad peatonal con estrategias de fomento de la biodiversidad y renaturalización urbana. El propio Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad de la Ciudad de Madrid, incide en “reconvertir las plazas duras de la ciudad para mejorar su naturalización y permeabilización”. Sin embargo, la administración municipal continúa sin aplicar los principios fundamentales de dicho plan en la gran mayoría de su trama urbana.
Protejamos el arbolado urbano
Las obras para la inclusión del carril bici en la Castellana tampoco están exentas de polémica. Aunque se celebre como una mejora en la red de transporte ciclista para Madrid, lo cierto es que el trazado elegido para el carril bici se ha diseñado en detrimento de la accesibilidad peatonal y sin integrarse con una mejora de la masa verde. De hecho, el carril discurre en algunos tramos tan próximo al arbolado que ha restado espacio al alcorque preexistente, optando por una solución de diseño deficiente que conllevará peligro para la estabilidad del arbolado causando daños tanto a los ejemplares de árbol como al propio carril bici.
Otro aspecto grave de la proliferación de las obras en Madrid es que, sin la debida supervisión, toda obra pone en riesgo y puede degradar el arbolado y la vegetación urbanas. Así se ha constatado, por ejemplo, en las obras de remodelación de la Avda de la Ilustración, la reurbanización de las calles Doctor Esquerdo y Pedro Bosch, o la remodelación aceras en calle Vía Carpetana, actualmente en marcha. En todas ellas el daño causado a las raíces y el tronco del árbol es evidente. Lamentablemente, esto es una constante en la ejecución de obras en la vía pública de Madrid.
En la pasada primavera Ecologistas en Acción denunció las metodologías de protección del arbolado urbano no se están aplicando correctamente. Justamente por ello, la asociación ecologista considera necesaria la supervisión de toda obra por técnicos verdes municipales. Estos técnicos no sólo se encargarían de evaluar el estado de la vegetación urbana, sino también de garantizar su protección. Además, la organización ecologista exige la correcta aplicación de la normativa tecnológica de jardinería y paisajismo NTJ 03E, que se está incumpliendo sistemáticamente. La implementación de este tipo de medidas supondría un pequeño incremento en el coste final de los proyectos, pero traería consigo enormes ventajas. Como, por ejemplo, la mejora de la calidad ambiental de la ciudad, lo que contribuiría a paliar los efectos de la contaminación y del cambio climático.
En definitiva, Ecologistas en Acción Madrid recuerda, una vez más, la necesidad de una renaturalización urbana que requiere de obras de acondicionamiento y mantenimiento que no apuesten únicamente por el cemento y en las que se proteja la vegetación y el arbolado.