España es líder en el uso de antibióticos para ganadería, lo que podría llegar a causar más muertes que el cáncer
El sector agroalimentario ya es, en nuestro país, el cuarto principal emisor de gases de efecto invernadero.El actual sistema de consumo es insostenible.
Greenpeace dedica este mes a la sensibilización sobre diferentes aspectos de nuestros hábitos diarios. Hoy reflexionamos sobre el consumo de carne y las consecuencias del modelo agroalimentario predominante en la actualidad. Los próximos 2 y 3 de diciembre, Greenpeace celebra sus jornadas HAZ donde, entre otras cosas, se mostrarán vías de alimentación alternativa para cuidar la salud y el medioambiente.
El modelo agroalimentario predominante hoy es un auténtico depredador de recursos naturales que genera un elevado impacto para el medio ambiente y la salud. Podríamos resumir los problemas del actual modelo de ganadería en 5 “Cs”:
-Calentamiento global
-Cultivos y pastos para alimentación animal en lugar de bosques
-Contaminación y consumo de agua desorbitados
-Consecuencias para la salud
-Campesinos sin trabajo
Calentamiento global: un modelo que contamina el aire
Según los últimos datos disponibles, el sector de la agricultura, ganadería, silvicultura (cultivo de montes/bosques) y pesca es, en nuestro país, el cuarto principal emisor de gases de efecto invernadero (12,6% de las emisiones totales), fundamentalmente por las emisiones de metano tras el proceso digestivo del ganado (54,3%) y por las cantidades de óxido nitroso derivadas del uso de fertilizantes químicos en agricultura industrial -incluyendo ahí también la producción de piensos para ganado- (72%). Estos dos gases de efecto invernadero son mucho más potentes que el CO2 y contribuyen enormemente al calentamiento global. La ganadería, a nivel mundial, es ya responsable del 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Contaminación y consumo de agua desorbitados
Según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística de 2015, la agricultura y la ganadería emplean el 84,3% del agua dulce en España (manutención animal, regadíos, procesos productivos…) y la ganadería es también una de las principales fuentes de contaminación de este valioso recurso (según un reciente informe de la FAO, los nitratos son ya el contaminante químico más común en las aguas subterráneas del mundo, debido al uso masivo de fertilizantes químicos en la agricultura y a los excrementos del ganado).
Consecuencias para la salud
España se ha convertido en la campeona europea en el uso de antibióticos en la ganadería industrial (más de 3.000 toneladas en 2015), casi el triple que Italia, siguiente en la lista. Dato llamativo cuando, justo la semana pasada, la OMS pidió que se prohíba el uso de antibióticos como preventivo y para estimular el crecimiento en animales para consumo humano. Ese uso provoca que las bacterias se hagan resistentes a estos fármacos, perdiendo su efectividad, lo que podría provocar más muertes en 2050 que el cáncer. Por culpa de esas resistencias, ya mueren unas 700.000 personas al año en el mundo.
Los extremos del modelo agroalimentario predominante muestran que es un modelo fallido y queda en evidencia con las siguientes cifras: nunca antes hemos producido tantos alimentos, y sin embargo, más de una tercera parte termina en la basura, mientras que 800 millones de personas en el mundo se van a la cama sin comer. A la vez, este modelo, genera uno de los grandes problemas sanitarios de la actualidad: casi 2.000 millones de personas tienen sobrepeso.
Cultivos y pastos para alimentación animal en lugar de bosques. Destruyendo biodiversidad.
La ganadería industrial es responsable de una importante pérdida de biodiversidad. Por ejemplo, el 80% de la deforestación de la Amazonía se debe, principalmente, a la expansión de plantaciones y pastos para la alimentación de ganado.
Campesinos sin trabajo
El aumento de la producción industrial de carne y otros derivados animales concentra el mercado en pocas manos, en detrimento de los pequeños campesinos.
Pero hay alternativas
La alternativa es la ganadería extensiva ecológica y local, entendiendo por extensiva la que permite que el ganado viva en semi-libertad. En España, el boom de proyectos de ganadería industrial y de macrogranjas está encontrando ya la oposición social y ciudadana y muchos proyectos se han conseguido parar porque las personas empiezan a demandar otro modelo.
«Elegir productos ecológicos y sostenibles, locales y de temporada es una inversión en salud y un acto político con el que decidir qué futuro queremos.“ ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España. ”Los responsables políticos los elegimos cada cuatro años, el modelo agroalimentario lo podemos elegir, los más privilegiados, al menos tres veces al día.» ha añadido.
La dieta mediterránea tradicional, cada vez más olvidada aunque es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es una opción que permite alimentarnos bien, tener un bajo impacto en el medio ambiente y contribuir a la manutención de un mundo rural vivo.
«Una dieta sana para nosotros es una dieta sana para el planeta. Es fundamental que las administraciones apuesten decididamente por el fomento de una dieta sana y sostenible, baja en proteína animal. Las personas debemos arrebatar el control de las grandes multinacionales sobre nuestra alimentación. Es importante que cada persona tome un rol activo y, por eso, en las jornadas HAZ habrá talleres para fomentar otra dieta y ayudarnos con nuestros menús semanales«, ha concluído Ferreirim.
Y es que, con el fin de mejorar los hábitos de consumo, también alimentarios, Greenpeace celebra los próximos días 2 y 3 de diciembre las jornadas HAZ donde se podrá aprender a conocer y cocinar alimentos ecológicamente sostenibles y, entre otras cosas, se darán claves para preparar un menú navideño diferente y respetuoso con el medioambiente. Se trata de un evento que se celebrará simultáneamente en los cinco continentes (bajo el nombre Make Something Week) y donde habrá, desde espacios de trueque, hasta estilistas para dar nueva vida a la ropa, talleres, conciertos, proyecciones… y todo un programa de acciones para reflexionar, de forma novedosa, sobre el enorme impacto del consumo actual.