Redacción •  Actualidad •  17/12/2021

APDHA denuncia la violencia que ejerce el Estado contra las trabajadoras sexuales

Hoy recuerda especialmente a Carla, la mujer trans y trabajadora sexual que recientemente cayó de un tercer piso al ser agredida con un cuchillo por un cliente.

APDHA denuncia la violencia que ejerce el Estado contra las trabajadoras sexuales

Andalucía, 17 de diciembre de 2021.  El área de Feminismos de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha denunciado hoy, Día Internacional para Eliminar la Violencia contra las Trabajadoras Sexuales, que las políticas abolicionistas del Gobierno, en las que se enmarca la ley de libertad sexual, están generando espacios de ‘no derecho’ para las trabajadoras sexuales y especialmente, para las mujeres migrantes en situación irregular y sin recursos.

La organización quiere poner de relieve las violencias que se continúan ejerciendo contra las trabajadoras sexuales, recordando muy especialmente a Carla, la mujer trans y trabajadora sexual, que recientemente cayó al vacío desde un tercer piso en Málaga, al ser agredida con un cuchillo por un cliente, y que aún continúa en el hospital con múltiples fracturas.

La APDHA cree que el asesinato es el mayor grado de violencia que se puede ejercer contra las personas, pero que “es necesario denunciar las violencias que desde el propio Estado, desde el sistema jurídico patriarcal, así como desde el feminismo abolicionista se está ejerciendo muy especialmente contra las trabajadoras sexuales”.

Por ello, critica la política del Gobierno, que “no escucha la voz de las principales afectadas, las trabajadoras sexuales, y escucha al feminismo abolicionista. Estas políticas no solo no destruyen como dicen, el estigma patriarcal de la prostitución, sino que lo que hacen es estigmatizar aún más a las trabajadoras sexuales, a las que pretenden robar su capacidad de decisión y organización, negando su carácter feminista”, afirma la organización.

El área de feminismos de la APDHA asegura: “no podemos entender que desde un Gobierno que se autoproclama progresista, quiera legislar sin tener en cuenta las voces de las trabajadoras sexuales; no podemos hablar de democracia cuando excluimos a las trabajadoras sexuales y a sectores más vulnerables; no podemos entender que el feminismo abolicionista no baje de su pedestal de su papel  de élite y escuche otras voces y realidades”.

Según la APDHA, la violación de los derechos humanos de este colectivo no es exclusivamente  por la penalización del trabajo sexual, también lo es por la estigmatización, la violencia de género y la discriminación. Todas  ellas, prosigue, son desigualdades que directa o indirectamente  se producen por su orientación sexual, etnia o condición de migrantes, negándoles con todo ello, las oportunidades por causa de la discriminación y la desigualdad estructural.

Para estas políticas, añade, unas vidas importan más que otras, como dice la filósofa Judith Butler, “hacen que unas vidas sean dignas de protección y otras vidas abandonadas al riesgo y al daño, y vidas incluso que merecen repulsa”.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 30, reconoce a todas las personas los derechos humanos básicos,  por lo que no se puede excluir de ellos a las personas que ejercen la prostitución de una manera libre y sin coacción alguna.

La asociación afirma que seguirá repitiendo una y otra vez que silenciar y no escuchar a las trabajadoras sexuales es una vulneración a sus derechos, y por lo tanto, una forma de violencia.

El  17 de diciembre de 2003, quedó establecido como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Trabajadoras Sexuales, en recuerdo de las 71 mujeres asesinadas en Estados Unidos -en su mayoría  prostitutas de calle y mujeres vulnerables- por el asesino en serie Gary Ridgway.


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