El H2Med protagonizará la cumbre hispano-francesa pese a su dudosa viabilidad
- El proyecto H2Med/BarMar protagonizará las negociaciones de la cumbre hispano-francesa con la complicidad del President de la Generalitat, Pere Aragonès.
- Esta infraestructura ha sido contestada por expertos y la sociedad civil organizada. La red Gas no es Solución y la Plataforma Resposta al BarMar, radicada en Barcelona, señalan este proyecto como una falsa solución a la crisis energética actual.
El 19 de enero se celebrará en Barcelona la cumbre hispano-francesa en la que se tratarán varios asuntos, entre ellos el H2Med, que aspira a ser la principal infraestructura de hidrógeno verde entre España y Francia. La capital catalana ha sido especialmente escogida para centrar las discusiones en este proyecto que conectará Barcelona con Marsella, tal como aseguraba la portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez, hace una semana. El proyecto, además del apoyo de la Comisión Europea, Francia y Portugal, cuenta con la complicidad de Pere Aragonès. El President de la Generalitat subrayaba hace unos días su voluntad de aprovechar esta cumbre para concretar e impulsar el H2Med.
Pero el avance de las conversaciones está siendo contestado por la sociedad civil. La red Gas no es Solución (en adelante, la red), formada por más de 30 organizaciones, entre las que se cuenta Ecologistas en Acción, rechaza firmemente este proyecto. A esta oposición se suma la Plataforma Resposta al BarMar, anteriormente conformada para responder a la construcción del gasoducto MidCat, ya abandonado.
El H2Med es una apuesta que pone en riesgo la viabilidad de la transición energética, desviando para la exportación una energía imprescindible para la descarbonización de la demanda nacional. Además de usar un vector energético como el hidrógeno (H2) muy ineficiente, este tipo de infraestructuras perpetúan un modelo centralizado que va en contra de las personas, el medio ambiente y sigue privilegiando a las grandes empresas energéticas como Enagás.
El pasado jueves 15 de diciembre se presentó al fin el H2Med en el registro de proyectos candidatos a recibir financiación europea. Esta infraestructura supondrá la construcción sin precedentes de un conjunto de gasoductos que transportarán en principio hidrógeno producido a partir de energías renovables. Será adjudicada a Enagás y costará entre 2500 y 3000 millones de euros procedente de las arcas públicas. Comenzará en Portugal con el tramo Celorico-Zamora (CelZa) y continuará con el tramo submarino Barcelona-Marsella (BarMar). El H2Med no se entiende sin otras interconexiones que involucrarán a Huelva, Cartagena, Puertollano, Zamora y Xixón creando una red mucho más amplia y paralela a nuestra red actual de gas. Además, el proyecto presentado plantea dos almacenamientos subterráneos de hidrógeno ubicados en cavidades salinas de Cantabria y el País Vasco.
La red aclara que el hidrógeno verde puede ayudar a alcanzar un sistema energético 100% renovable. Pero su utilización debe reservarse para casos concretos en los que sería inviable utilizar otro tipo de energía renovable, especialmente para sustituir el uso del hidrógeno como materia prima en determinados procesos industriales, así como en aquellos que requieren de altas temperaturas que no tienen por el momento otras opciones de descarbonización.
Sin embargo, denuncia que esta apuesta por la exportación de hidrógeno a gran escala implica grandes riesgos debido a la inmadurez de la tecnología que se contempla tanto en la producción como en el transporte de hidrógeno. La inversión pública estaría mejor empleada en medidas cuyo funcionamiento ya ha sido comprobado como lo es la electrificación, la apuesta por proyectos renovables con participación ciudadana, el autoconsumo, las comunidades energéticas y mejoras en la eficiencia energética de los hogares.
Además, a las limitaciones y riesgos ya mencionados, las organizaciones agrupadas en la red añaden las siguientes consideraciones:
– Exportar grandes cantidades de hidrógeno implicaría la implantación de muchísimos más proyectos de renovables de grandes dimensiones que podrían tener un alto impacto ambiental y territorial. También existe el riesgo de que, al no haber suficiente excedente de energía renovables, se caiga en producir el hidrógeno con gas fósil como es el caso del 99% del H2 obtenido en la actualidad.
– El anterior riesgo aumenta debido a la baja eficiencia energética del H2, como ha señalado ya el instituto de investigación independiente Hydrogen Science Coalition. En el proceso de producción de hidrógeno por electrólisis a partir, por ejemplo, de fuentes renovables y durante su transporte por gasoducto, se puede llegar a perder hasta un 80% de la energía invertida.
– Si finalmente el H2Med es incluido en la lista de Proyectos de Interés Común (PICs), aspirando a financiación europea, podría acogerse a los controles ambientales menos exigentes introducidos por el REPowerEU. Como ha denunciado ya ClientEarth, este paquete de medidas destinadas a reemplazar el gas ruso otorga a los PICs la posibilidad de saltarse el principio de “No Daño Ambiental Significativo” (o “Do No Significant Harm” en inglés) y estar exentos de evaluaciones de impacto ambiental exhaustivos.
– Esto último se hace especialmente relevante si tenemos en cuenta que atravesará el Golfo de León, uno de los ecosistemas con mayor índice de biodiversidad en el Mediterráneo, donde se encuentran espacios marinos protegidos, un corredor de cetáceos y el Santuario de Pélagos.
Por todas estas razones, la red Gas no es Solución denuncia la postura del ejecutivo del Estado español. También señala el apoyo que recibe de la Generalitat, que ve el H2Med y concretamente en el tramo Barcelona-Marsella (BarMar) “positivamente, en el sentido de que marca a Catalunya y Barcelona como un punto neurálgico de la nueva estructura energética europea”, en palabras de Aragonès. Los riesgos asociados a este megaproyecto urgen a un debate social mucho más amplio, transparente y que involucre a la ciudadanía.