Madrid necesita sus zonas de bajas emisiones y más acciones contra la contaminación

– La implantación de ZBE no es una medida caprichosa sino una obligación derivada de la Ley de Cambio Climático, de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y de la protección constitucional de los derechos a la salud, al medio ambiente y en última instancia a la vida. Estos derechos deben prevalecer sobre cualquier supuesto derecho a desplazarse en automóvil privado de motor de combustión, como parece deducirse de la sentencia.

– La contaminación atmosférica causa cada año 5.000 muertes prematuras en la Comunidad de Madrid y más de la mitad de esa cifra en la ciudad de Madrid. El principal agente emisor es la circulación de dichos vehículos, habiendo resultado muy positiva para combatirla la ZBE «Madrid Central» (luego rebautizada como Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección Madrid Distrito Centro por el actual consistorio), pero que se anula ahora. Estas muertes y el sufrimiento que ocasionan se ceban principalmente en los grupos de población más vulnerables y con menores rentas, que en muchos casos ni siquiera disponen de automóvil privado, por lo que, al contrario de lo que se deduce de la sentencia, lejos de suponer las restricciones a la circulación de vehículos contaminantes una injusticia social lo que hacen es garantizar los derechos de la población más vulnerable y de toda la ciudadanía a respirar aire saludable.

– Plan de Acción de la UE “Contaminación cero para el aire, el agua y el suelo” señala claramente que los costes asociados a la contaminación (pérdida de días de trabajo, costes de la atención sanitaria, mortandad prematura, daños en edificios, etc.) son cuatro veces más altos que la adopción de medidas muy ambiciosas para reducirla. Los costes de la contaminación van mucho más allá de los gastos de cambiarse de vehículo, que recoge la sentencia.

– En contra también de lo que argumenta la sentencia, las ZBE y en general las medidas de limitación de la circulación de los vehículos privados con motor de explosión en la ciudad no suponen ninguna restricción al derecho a la libre circulación de las personas, puesto que sólo operan sobre uno de los posibles medios de transporte, el automóvil. En este sentido, resulta muy preocupante que ésta y otras sentencias no consideren las alternativas de transporte público y movilidad activa, que por otro lado son las opciones mayoritarias entre la población económica y sanitariamente más vulnerable cuyos intereses se invocan para justificar una resolución claramente sesgada.

– Las ZBE que ahora se anulan en Madrid no han sido suficientes para mantener un aire saludable en la ciudad. Durante este verano, sin ir más lejos, se han dado valores récord de contaminación por ozono troposférico, superando con creces los límites legales y convirtiendo el verano de 2024 en la peor temporada de contaminación por ozono al menos desde 2010: la totalidad de las estaciones de control que miden ozono han estado por encima de los 25 días permitidos de superación del valor objetivo para la protección de la salud. Esta situación tan grave se ha dado con un llamativo silencio de los responsables municipales, que no han alertado a la ciudadanía para que tomara medidas de autoprotección. Los niveles de otros contaminantes como el dióxido de nitrógeno o las partículas, aunque cumplen los límites actuales, quedan muy por encima de los límites que impone la nueva directiva.

Ante la gravedad de los problemas de calidad del aire en la ciudad de Madrid, Ecologistas en Acción insta al Ayuntamiento a que vuelva a tramitar mejor las ZBE, mejorando el análisis económico y de alternativas, teniendo en consideración a las personas con menos recursos y de paso mejorando su eficacia y ampliando su alcance, pues el diseño actual resulta insuficiente para garantizar el derecho de los madrileños y madrileñas a un aire limpio.