Redacción •  Actualidad •  18/12/2018

Alianza por la Solidaridad revela las graves vulneraciones de derechos de las mujeres subsaharianas en su camino hacia Europa

  • La ONG publica hoy la investigación ‘Alzando voces’ sobre la situación de las migrantes durante su tránsito por Marruecos.
  • Entre el 30% y el 50% de las personas que migran son mujeres, expuestas a violaciones, trata y abusos a lo largo de todo el proceso migratorio.
Alianza por la Solidaridad revela las graves vulneraciones de derechos de las mujeres subsaharianas en su camino hacia Europa

18 de diciembre. “Valentía”, “fuerza” o “esperanza” son algunas de las palabras con las que se identifican las mujeres migrantes subsaharianas que esperan en Marruecos su oportunidad para llegara Europa tras una larga travesías. Así se refleja en la investigación “Alzando voces”, elaborado por la investigadora y periodista Helena Maleno para Alianza por la Solidaridad, un exhaustivo estudio que se publica hoy, en el Día Internacional de las Personas Migrantes, y que visibiliza las situaciones que viven miles de mujeres, y sus hijos e hijas, en unos viajes de tránsito que se prolongan durante años.
 
Para este estudio, realizado a lo largo del 2018 en 10 ciudades marroquíes, algunas de ellas fronterizas, se realizaron 81 entrevistas a mujeres de diferentes países (Nigeria, Senegal, Malí, Congo, etcétera), así como entrevistas con organizaciones sociales, administraciones públicas y centros educativos. La mayoría de las migrantes subsaharianas que participan en el informe tienen entre 20 y 30 años y llevan entre uno y tres años residiendo en Marruecos, país con una política migratoria muy restrictiva (son habituales las redadas de migrantes en el norte para trasladarles al sur, a menudo al desierto) y en el que las mujeres y sus hijos se sienten, en general, discriminadas y maltratadas tanto por las instituciones como por la población e incluso los propios colectivos de migrantes.
 
La investigación de Alianza por la Solidaridad se ha centrado en el análisis del discurso de estas mujeres y en la reivindicación de los derechos que les pertenecen y que son vulnerados, alejándose de una perspectiva centrada en la compasión o el rechazo. También un retrato de las violencias a las que se enfrentan ante la brutalidad de las políticas migratorias. “A nosotras nos violan, eso es así. Pocas escapamos. También morimos más, de forma más fácil. En el desierto o en el agua. En cada cruce de frontera, si te quedas al borde del agua estás expuesta a más violencia por ser mujer. Cada hombre que ves, ya sea negro o blanco, bandido o militar, puede convertirse en un agresor”, señala una de las entrevistadas.
 
Si bien se visibilizan vulneraciones de derechos fundamentales, como el derecho al trabajo, a la salud, a la educación de los hijos, que les generan mucha vulnerabilidad, las migrantes rechazan la etiqueta de víctimas, porque son esas violaciones de derechos los que las hacen vulnerables, pero no lo son per se.
 
De hecho, la investigación revela las estrategias de resistencia individuales y colectivas que ponen en marcha, tanto a nivel de una sociedad civil organizada como de estructuras informales y de redes de solidaridad que desarrollan para sobrevivir durante su tránsito y en su destino. Desde su perspectiva, el mismo fenómeno migratorio  es una forma de resistencia frente a las situaciones de violencia, pobreza y exclusión social que se viven en sus países de origen. Otra estrategia de supervivencia es la normalización de la violencia a la que saben que se enfrentarán durante el proceso migratorio, en particular la violencia sexual: “No puedes vivir con miedo a ella, porque te mueres, tienes que vivir sabiendo que tarde o temprano te va a pasar”, indicaba una migrante en Tetuán.
 
El acceso al empleo, a la educación, a la salud, a los cuidados, a la maternidad y o a la familia  son otras de las cuestiones que se abordan en el informe. “Aquí no hay trabajo y la mendicidad es la única cosa que podemos hacer. Aunque tengas papeles no se puede hacer nada… El primer problema es que eres negra y después lo primero que me preguntaban era si era musulmana”.  Se detecta, asimismo, una reflexión colectiva sobre los estereotipos e imágenes negativas que hay sobre ellas y sus fortalezas par superarlas “Somos víctimas de muchas violaciones de derechos porque somos negras y hay mucho racismo. Pero pedimos ser tratadas como personas. Somos fuertes y poderosas y tenemos mucho que aportar”.
 
La investigación recoge, asimismo, un conjunto de recomendaciones para la acogida e integración de las mujeres subsaharianas en la sociedad marroquí, así como medidas de protección para ellas. Entre las recomendaciones, Alianza destaca que es necesario cambiar los enfoques centrados en la protección por otros basados en la defensa de sus derechos, además de apoyar el liderazgo de las mujeres migrantes y de sus organizaciones; favorecer sus oportunidades de empleo; garantizar su acceso a la documentación y la salud y, en general, una acción integral que incorpore la perspectiva de género.
 
En un momento en el que tomar fuerza el discurso político xenófobo y racista, Alianza por la Solidaridad comparte el mensaje de una de las mujeres migrantes entrevistadas en el Día Internacional del Migrante: “La política de fronteras es absurda, sólo tiran el dinero por la ventana. Los que controlan las fronteras están implicados en hacernos viajar a Europa, ¿qué business es esto? La política de fronteras tiene un gran impacto en nuestras vidas porque provoca la violación de nuestros derechos, incluso nos lleva hasta la muerte”.
 
Esta investigación ha sido presentada previamente por Helena Maleno en Marrakech (Marruecos) el pasado 8 de diciembre, en el marco de la Conferencia Intergubernamental para la adopción del Pacto Global sobre Migración. Maleno tuvo que hacerlo a través de un vídeo porque no se le permitió acceder al recinto de las conferencias.
 


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