Ecologistas en Acción pide al Gobierno español que apoye un Área de Control de Emisiones en el Mediterráneo
La organización alemana Nabu y Ecologistas en Acción han realizado mediciones de las emisiones atmosféricas procedentes de buques en el Estrecho de Gibraltar y Barcelona, encontrando niveles de contaminación hasta 70 veces mayores que la concentración de fondo normal de las ciudades.
La contaminación ambiental producida por los buques es una seria amenaza para la salud humana, el medio ambiente y el clima mundial. La Comisión Europea estima que cada año 50.000 europeos mueren prematuramente a causa de la contaminación del aire causada por los buques, en especial por material particulado, azufre, óxidos de nitrógeno y ozono troposférico. Como es sabido, los barcos utilizan combustibles con alto contenido de azufre que emiten contaminantes altamente peligrosos para la salud humana. Actualmente el transporte marítimo supone el 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, según los últimos datos publicados por la Unión Europea, y se prevé que su aportación crecerá significativamente durante los próximos años.
Sin embargo, en comparación con el transporte por carretera o la industria, apenas se está actuando para reducir las emisiones de este sector de forma efectiva. Según el Inventario Nacional de Emisiones a la Atmosfera que acaba de publicar el MAPAMA, la navegación internacional representa el 40% de las emisiones a la atmósfera de óxidos de nitrógeno (NOx), el 44% de las de óxidos de azufre (SOx) y el 22% de las de partículas finas (PM2,5), referidas al total del Estado español en el año 2016.
Cuando la navegación es costera, como es el caso de los cruceros, el impacto de las emisiones sobre las poblaciones resulta evidente. Los cruceros siguen siendo el modo de transporte con mayores emisiones de gases de efecto invernadero por kilómetro recorrido relacionadas con el turismo. Además, la mayor parte de los cruceros comienzan con vuelos para llegar a los puertos, añadiendo entre un 10% y un 30% a las emisiones totales producidas por el crucero. Los cruceros siguen siendo el modo de transporte con mayores emisiones de gases de efecto invernadero por kilómetro recorrido.
Esta elevada contaminación originada por los buques ha sido puesta de manifiesto por las mediciones realizadas esta semana por la organización alemana Nabu (Nature and Biodiversity Union) y Ecologistas en Acción de la calidad del aire en el Estrecho de Gibraltar y el puerto de Barcelona, encontrando niveles de contaminación hasta 70 veces mayores que la concentración de fondo normal de las ciudades.
Para hacer frente a las emisiones atmosféricas de la navegación marítima, los estados costeros del norte de Europa acordaron designar las Áreas de Control de Emisiones de Azufre (SECA, por sus iniciales en inglés) del Mar del Norte, del Mar Báltico y del Canal de la Mancha. Con el cambio a combustibles más limpios, esta regulación ha logrado unas mejoras inmediatas en la calidad del aire de hasta un 50% desde el año 2015 y unos beneficios socioeconómicos asociados valorados en miles de millones de euros.
Por ello, Ecologistas en Acción pide al gobierno español que se una a Francia, estado que está liderando la creación de una SECA que limite la entrada de buques altamente contaminantes en el Mediterráneo. Con este fin ha invitado tanto a los responsables de calidad ambiental del MAPAMA como a los responsables técnicos de calidad del aire de Andalucía, Murcia, Valencia, Baleares y Cataluña a que participen en la II Conferencia Internacional ‘Reducir la contaminación del aire de los barcos en el Mar Mediterráneo’, organizada por el Ministerio de Medio Ambiente de Francia y la alianza europea de organizaciones ecologistas*, de la que Ecologistas en Acción forma parte.
«No podemos aceptar ninguna excusa que siga postergando una regulación más estricta de las emisiones de los buques en el sur de Europa, ya que las rutas de navegación más importantes desde Asia hasta Europa atraviesan el Mediterráneo y se espera que el tráfico marítimo aumente hasta un 250 % en el año 2050», señala María García, de Ecologistas en Acción.