Vanessa Lillo advierte que su expulsión de la Asamblea por reclamar medidas contra los ataques racistas crea un precedente preocupante
- La diputada fue expulsada de la segunda sesión de debate de la investidura presidencial de Ayuso por la presidenta de la Cámara, Eugenia Carballedo (Partido Popular) tras protestar por el contenido racista de la intervención de Rocío Monasterio.
- “Tenemos que ser responsables y corresponsables con las palabras que aquí se vierten, y la primera que tiene esa responsabilidad es la presidenta de la Cámara”.
La sesión de investidura de la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso ha contado con uno de los momentos más tensos que se ha vivido en la Asamblea de Madrid cuando la recientemente nombrada presidenta del parlamento autonómico, Eugenia Carballedo, ha expulsado a la diputada de Unidas Podemos Vanessa Lillo que protestaba contra el contenido racista de la intervención de Rocío Monasterio.
Para la parlamentaria de UP, la acción de Carballedo marca un precedente inquietante sobre el desarrollo que se puede esperar de la legislatura que da comienzo. Según Lillo, que ha explicado a los medios de comunicación presentes en la sede parlamentaria que sus quejas iban dirigidas a la ausencia de medidas de Carballedo tras la insistencia de Rocío Monasterio en atacar al diputado Serigne Mbaye por motivos racistas, la presidenta no cumple con su función de velar por el correcto funcionamiento de la Asamblea.
“Es lamentable que por señalar este acto, y por señalar y pedir a la presidenta de la Asamblea que cumpla con sus obligaciones, yo me vea expulsada de esta sesión”, ha denunciado Vanessa Lillo. La parlamentaria ha señalado que su expulsión se ha debido a “intentar defender la dignidad de las personas y la dignidad de esta Cámara”.
“Tenemos que ser responsables y corresponsables con las palabras que aquí se vierten, y la primera que tiene esa responsabilidad es la presidenta de la Cámara”, ha advertido la diputada de Izquierda Unida por Unidas Podemos.
La parlamentaria ha planteado que la presidenta de la Cámara ha actuado de manera parcial, llamando la atención a la portavoz de Unidas Podemos, Alejandra Jacinto, cuando ha afeado la intervención de Isabel Díaz Ayuso por sus faltas de respeto a los diputados de la oposición. Una llamada de atención que ha contrapuesto a la tolerancia que ha tenido con el contenido racista de la intervención de Monasterio.
Así mismo, Lillo ha aprovechado para denunciar los discursos de odio, advirtiendo que suponen “algo que tiene que estar fuera de estas cuatro paredes”. “No podemos pasar por alto ni consentir los discursos de odio, son algo que nos afecta y no queda en meras palabras, como hemos visto, lamentablemente, este fin de semana en Lorca”, ha lamentado Lillo.