Redacción •  Actualidad •  19/08/2019

Contracumbre del G7 en Irun-Hendaia: Un espacio para conectar luchas y tejer alternativas comunes al capitalismo depredador

  • La campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión, de la que forma parte Ecologistas en Acción, participará en la contracumbre del G7, un espacio para conectar luchas y tejer alternativas comunes al modelo económico capitalista.
  • ‘Defendamos nuestras alternativas’ es el nombre de la contracumbre que arranca hoy y se desarrollará hasta el próximo domingo 25 de agosto.
  • Las organizaciones participantes han hecho un llamamiento a medios de comunicación para que no criminalicen las protestas y se hagan eco de sus demandas.
Contracumbre del G7 en Irun-Hendaia: Un espacio para conectar luchas y tejer alternativas comunes al capitalismo depredador

Comunicado

Un año más, los líderes del G7 se reúnen para mostrar al mundo que intentan poner solución a los problemas derivados de sus políticas neoliberales. Como ya es costumbre en esta cita, el encuentro será precedido por unas jornadas de protesta y movilización, organizadas por las plataformas G7 Ez (G7 No) y Alternatives G7, de la que forma parte la campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión.

Bajo el lema “Defendamos nuestras alternativas”, la contracumbre, que empieza hoy y termina el 23 de agosto, acogerá a colectivos sociales, organizaciones y sindicatos de todo el mundo con el objetivo de poner de manifiesto esta falsa retórica y forjar una red internacional para construir alternativas reales a un sistema que no respeta la vida en ninguna de sus formas y que nos conduce al colapso de las sociedades humanas y una extinción masiva de especies.

El programa contará con más de setenta conferencias, talleres y actividades culturales en torno a los temas centrales de las luchas presentes en la contracumbre: el capitalismo y la dictadura de las multinacionales, la destrucción planetaria, el patriarcado, el respeto a la diversidad y la libertad de los pueblos, el déficit de democracia, las guerras imperialistas, la solidaridad internacional y la abolición de las fronteras.

Desde la creación en 1975 de este seudo-gobierno en la sombra -compuesto por los países más influyentes e industrializados del planeta y, en la práctica, también los más ricos: EE.UU. Reino Unido, Canadá, Alemania, Francia, Japón e Italia-, el neoliberalismo global ha conseguido expandir el proyecto capitalista hasta límites insospechados. El crecimiento y el libre mercado se han convertido en la única fe defendible de los promotores de esta globalización desigual, extractivista, que ignora los Derechos Humanos y destruye la Naturaleza.

Todos los años, en todas la cumbres del G7, el G20 y la OMC se habla de luchar contra las desigualdades. No resulta creíble que los países donde residen las mayores empresas transnacionales causantes de esas desigualdades, de la violación de Derechos Humanos y de la mayor parte de las emisiones de CO2 mundiales, cuyos objetivos son la privatización de los recursos comunes y de los servicios públicos, vayan a encontrar soluciones a los problemas que ellos mismos han causado.

En este sentido, es importante destacar el papel de los tratados de comercio e inversión y los privilegios que los mismos otorgan a dichas multinacionales, situándolas como sujetos de derecho al mismo nivel que los Estados. Estos tratados les permiten, entre otras cosas,  el acceso a la gestión de servicios públicos abriéndolos a la privatización; la comercialización de nuestros datos digitales; despojar a los países del Sur Global de sus recursos; contaminar, destruir el medioambiente y desplazar comunidades; demandar a los Estados por poner en marcha medidas sociales y de transición ecológica que afecten sus expectativas de beneficios.

De esta manera, conforman una armadura jurídica que blinda los privilegios de las multinacionales, y los sitúa por encima de los derechos de los pueblos. Mientras estos tratados existan, y los líderes mundiales sigan acudiendo a las cumbres en representación de los intereses de las transnacionales y con la intención de mantener intactos sus privilegios, las palabras no valdrán nada.

La reacción de las élites a la contracumbre no ha tardado en llegar. Pedro Sánchez y Emmanuel Macron se han coordinado para desplegar un operativo policial solo comparable al de cumbres como la del G20 en Hamburgo. Paralelamente, se ha lanzado una campaña que busca criminalizar a un sector de los colectivos asistentes, con el fin último de ahogar las voces más críticas, crear divisiones en el movimiento, construir legitimidad para militarizar la zona y tomar medidas de excepción.

La campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión denuncia estos hechos y hace un llamamiento a los medios de comunicación a no difundir esta imagen negativa de los participantes, así como a ayudar a combatir esta campaña de criminalización que pretende despojarnos de nuestros derechos y acallar nuestras voces.

Foto: @ireneotal


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