Granada Laica rechaza con carocas la participación del Ayuntamiento y de diversas autoridades en la procesión del Corpus
Granada Laica, como sus socios de Europa Laica, reclama una sociedad más igualitaria, justa y libre mediante la defensa de la libertad de conciencia de las personas y la estricta separación Estado-Iglesias.
El día del Corpus Christi, sobre las 10:30 horas, unos 40 miembros y simpatizantes de la asociación laicista Granada Laica (sección local de Europa Laica) “recibieron” con carteles y “carocas” a los miembros de la corporación granadina cuando salían solemnemente del Ayuntamiento para incorporarse a la procesión religiosa que poco después partiría de la catedral. Entre los procesionadores no faltó el nuevo alcalde de Granada (Luis Salvador, de Ciudadanos), el anterior (Francisco Cuenca, del PSOE), ni otros miembros de estos mismos partidos, así como del PP y de VOX. La honrosa excepción fue la ausencia de los concejales de Podemos-IU-Adelante.
La pacífica y animada reivindicación contó, además, con el apoyo de sorprendidos viandantes, algunos de los cuales fotografiaron las carocas; aunque pocos, tampoco faltaron quienes mostraron su rechazo.
Con los carteles y carocas, los laicistas granadinos (de creencias y convicciones diversas en el terreno religioso e ideológico) mostraron con buen humor, pero también con firmeza, su oposición al confesionalismo de las autoridades. Dejaron claro, además, que no se concentraban contra acto religioso alguno, por lo que se dispusieron antes del comienzo de la procesión y fuera de su recorrido. Asimismo, en absoluto niegan el derecho de las personas que ostentan cargos públicos a participar en los actos religiosos que crean oportuno, siempre que lo hagan a título particular y no como tales cargos.
Granada Laica, como sus socios de Europa Laica, reclama una sociedad más igualitaria, justa y libre mediante la defensa de la libertad de conciencia de las personas y la estricta separación Estado-Iglesias. Esto supone que las instituciones estatales, autonómicas y municipales no deben invadir el ámbito de las creencias de los ciudadanos, ni las convicciones privadas deben ser privilegiadas (ni menoscabadas) mediante un respaldo (o rechazo) de las instancias públicas. Esta posición laicista facilita sin duda la convivencia, especialmente en un mundo en el que diversos fanatismos religiosos e ideológicos la perjudican notablemente.
Una de las intromisiones del ámbito público en la esfera privada de las creencias personales se produce cuando las autoridades civiles o militares participan en actos religiosos, como misas, procesiones u ofrendas a Cristos, santos o Vírgenes. En Granada, es habitual que el alcalde y otros miembros de la Corporación municipal (con honrosas excepciones), así como otras autoridades militares y civiles, participen en ese tipo de actos, como la procesión del Corpus Christi. Granada Laica considera esta intromisión de lo público en lo privado una flagrante violación del principio de aconfesionalidad del Estado y una inicua falta de respeto al conjunto de la ciudadanía, muy diversa en sus convicciones religiosas e ideológicas.
Granada Laica confía en que las autoridades se den cuenta, aunque sea con algo de retraso, de que el nacional-catolicismo debió pasar a la historia hace más de 40 años, con el advenimiento de la democracia. Dado que ésta no es tal sin el laicismo, podemos decir que nunca es tarde para la aconfesionalidad si la dicha democrática es buena.