La Juventud Comunista y el PCE de León, contra la intrusión de las casas de apuestas en los barrios

Desde la ley de 2011 que regula las apuestas y juegos de azar, las casas de apuestas han tenido la oportunidad perfecta para expandirse libremente y ampliar el mercado, llegando cada vez a un número mayor de personas y arruinando las vidas de michas de ellas. Esto ha sido agravado, en gran medida, por la masiva publicidad en medios de comunicación y las facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías a la hora de apostar online. Se ha podido observar, además, cómo en los últimos años se ha duplicado el número de casas de apuestas en la provincia de León. Éstas se están ubicando, principalmente, en barrios obreros. Y no es casualidad, ya que se aprovechan de su situación de paro y precariedad, sirviendo de aliciente para que cualquier persona en estas condiciones, y movidas muchas por la desesperación, busquen cualquier forma de obtener unos ingresos extra, lo cual no necesariamente se corresponde con la realidad. Y esto es fácilmente observable debido al creciente número de adicciones al juego, patologías y endeudamientos que están causando en familias, de nuevo y principalmente, de extracción obrera. A mayores, una gran parte de estas casas de apuestas no verifican la edad de los consumidores y permiten la entrada de adolescentes y menores a los locales.

La UJCE ha sacado ya varias campañas al respecto que han contado con un notable apoyo y reconocimiento. La última ha consistido en varios repartos de panfletos en barrios obreros e institutos, así como la pegada de carteles y pegatinas en estos barrios. También se ha grabado un vídeo que se ha subido a redes sociales, en el que han participado la Secretaria Política de la UJCE en León y otro militante ex-empleado en una casa de apuestas. En él, la SP nos explica cómo «las apuestas se han convertido en el nuevo modelo de ocio de los jóvenes. A fin de cuentas, una adicción». Por otro lado, el ex-trabajador nos relata su experiencia y los «trucos» que utilizan estos locales para incentivar al juego. También nos cuenta que muchas de las personas que se adentran en el mundo de las apuestas lo hacen por «personas conocidas que han obtenido unas ganancias importantes, por lo que buscan intentar tener la misma suerte que ellos». Nos explica cómo otra estrategia que utilizan las casas de apuestas para mantener al jugador enganchado al juego es creando una atmósfera que le aísla del exterior, jugando con la iluminación, por ejemplo, e invitando a copas o comida, de modo que éste pierde la noción del tiempo y pasa cada vez más rato jugando.

Por estas razones reclaman no sólo el fin de las casas de apuestas, sino la conquista de un ocio digno construido por y para la clase obrera. Un ocio que no sea a costa de su salud ni de sus ingresos. Un ocio que permita disfrutar sin sufrir las ataduras del ocio como lo conocemos dentro del sistema capitalista.