Unai Sordo: «Vamos a fortalecer la movilización para exigir a CEOE que cambie su actitud ante la reducción de la jornada laboral»

En declaraciones previas a los medios de comunicación, Unai Sordo ha denunciado la demora injustificada –el bloqueo, en realidad– que CEOE está manteniendo en las negociaciones sobre la reducción de jornada. Para Sordo, “no es de recibo que ahora la CEOE se ampare en que la reducción de jornada solo se tiene que canalizar a través de los convenios colectivos”. Esto es una visión absurda, “pues no estamos hablando aquí de convenios colectivos, sino de modificar la ley”. Una ley que, ha recordado, se cambió por última vez en 1983.

Con estas asambleas, “CCOO y UGT queremos denunciar esta actitud de la patronal y estamos planteando a las trabajadoras y trabajadores la necesidad de movilizarse para salir de esta situación de bloqueo”. El primer hito de estas movilizaciones es la convocatoria del próximo 26 de septiembre, con concentraciones ante las sedes de las organizaciones empresariales en todas las capitales de provincia. A partir de ahí, ha advertido el secretario general de CCOO, “vamos a fortalecer la movilización y vamos a hacer un llamamiento al Gobierno, en primer lugar, para que si el acuerdo se ve inviable en la mesa de negociación, se atreva a presentar un proyecto de ley”.

Además de esta demanda al Gobierno, que los sindicatos realizarán en las próximas semanas, “también nos vamos a dirigir al conjunto de los grupos políticos con presencia en el Parlamento para que tomen posición en este asunto”.

Según todas las encuestas, la mayoría social de este país dice estar muy a favor de la reducción de la jornada de trabajo, por lo que “hay que politizar esta cuestión, aquí se tiene que mojar todo el mundo y queremos saber qué opinan los grupos políticos sobre la reducción de la jornada laboral”.

En cuanto a las declaraciones de algunos representantes empresariales sobre el peso de las cuestiones económicas a la hora de reducir la jornada laboral, Unai Sordo cree que “hay que romper algunos mitos”. Si bien es cierto que las grandes empresas o las administraciones públicas suelen tener jornadas laborales más reducidas, no es cierto que todas las pymes o micropymes tengan jornadas de 40 horas. “Los convenios colectivos llevan durante tres décadas y pico reduciendo la jornada laboral y hay empresas en todos los sectores con jornadas más amplias y en esos mismos sectores con jornadas más cortas”, ha recordado Sordo.

Además, considera que “la forma de favorecer la productividad de la economía española en el medio y en el largo plazo es favorecer las empresas que se rentabilizan y que se hacen productivas por la vía de invertir en tecnología, en trabajar mejor, en digitalizar, en formar a los trabajadores, en estabilizar el empleo”. Entrado ya el siglo XXI, “si se siguen favoreciendo jornadas extenuantes, horas extras que no se pagan, o salarios muy bajos, lo que se favorece es la rentabilidad de las peores empresas y eso es un problema, es un lastre para la productividad de España a medio largo plazo”.

Por otro lado, los datos de Contabilidad Nacional señalan claramente que los excedentes empresariales se están incrementando en todos los tamaños de empresas, no solo en las grandes empresas. “Se trata, pues, ha explicado el secretario general de CCOO, de distribuir esos beneficios a través de los salarios, de la inversión y también a través de la reducción de jornada, que es una forma de favorecer la mejor vida de los trabajadores y trabajadoras y además tiene efectos económicos importantes”.

Preguntado por el problema de la siniestralidad laboral, con cifras muy cruentas en lo que va de año, en particular en Aragón, Unai Sordo ha afirmado que es un tema que preocupa muchísimo al sindicato, en las dos facetas que tiene: los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, algo que suele aparecer más opacado pero es también importante. Sobre los accidentes de trabajo, Sordo cree que “tienen mucho que ver con la precariedad, con los altos ritmos de trabajo, las elevadas jornadas laborales y una falta de cultura preventiva, en un modelo productivo donde las empresas subcontratadas juegan un papel cada vez más importante y no siempre hay una buena coordinación entre los planes de prevención de riesgos de la empresa principal y los de las empresas suministradoras o subcontratas”.