Una pancarta gigante pide el fin de los biocombustibles en un edificio emblemático de Madrid
- Activistas de Ecologistas en Acción acaban de desplegar una lona gigante en el centro de Madrid para exigir al Gobierno el abandono inmediato del uso de palma y soja destinados a producir biocombustibles, ya que generan entre dos y tres veces más emisiones que los combustibles fósiles.
- Con esta acción, quieren denunciar que España es uno de los mayores países consumidores y productores de estos biocombustibles dentro de la UE así como señalar su responsabilidad en la deforestación tropical, la pérdida de especies, el aumento de emisiones y el acaparamiento de tierras.
- La organización vuelve a dar voz a las activistas de Indonesia y Brasil a las que acompañó en una gira por el Estado español el pasado mes de noviembre.
“Llenar el depósito con palma y soja destruye las selvas tropicales. Di ‘no’ a los biocombustibles”. Este es el mensaje con el que amanece una de las fachadas de la emblemática calle Gran Vía (Madrid). En estos momentos, cuatro activistas de Ecologistas en Acción están desplegando una pancarta de lado a lado, después de haber escalado el edificio.
Con esta acción, la organización busca visibilizar la destrucción ambiental causada por la expansión de las plantaciones de palma y de soja en las regiones tropicales y subtropicales del Sur global, destinadas a satisfacer la demanda europea de biocombustibles para llenar los depósitos del transporte rodado.
Además, recuerdan que la responsabilidad del Estado español es mayúscula: en 2020 fue el principal productor de biodiésel de aceite de palma dentro de la UE. Según datos recientes apuntan también que en 2022 fue el mayor consumidor (30,3 % del total) y el segundo país productor (28 % del total) de biodiésel de soja en la UE.
Ecologistas en Acción lleva años advirtiendo que este tipo de combustibles fabricados a base de cultivos alimentarios no son una solución a los combustibles fósiles. Son todo lo contrario: deforestan ecosistemas de gran valor medioambiental (como las selvas del Sudeste Asiático, o la sabana tropical de El Cerrado, donde la deforestación ha aumentado un 21 % en el primer semestre de 2023), violan los derechos humanos de las poblaciones locales, acaparan tierras y contribuyen al calentamiento global del planeta.
Un estudio encargado por la Comisión Europea ya demostró que cuando se contabilizan los impactos indirectos en el uso de la tierra (ILUC, por sus siglas en inglés) los biocombustibles producidos a base de aceite de palma y de soja generan hasta el triple y el doble de gases de efecto invernadero que el diésel fósil, respectivamente.
Por este motivo, en 2019 el aceite de palma fue catalogado como materia prima de “alto riesgo de ILUC” y se aprobó su eliminación gradual hasta 2030 en la Directiva sobre Energías Renovables (DER). Desde entonces, los biocombustibles de soja -catalogada como materia prima de “bajo riesgo de ILUC” a pesar de los impactos que genera- se ha disparado: entre 2015 y 2022 se quintuplicó su consumo en la UE.
Si bien Ecologistas en Acción valora positivamente que el Gobierno español haya comenzado a mostrarse favorable, e incluso a incorporar estas reivindicaciones dentro de legislaciones como el PNIEC, la organización advierte de que los planes de España para abandonar la palma y la soja de sus combustibles son ambiguos y la hoja de ruta a seguir es incierta.
Recientemente el Tribunal de Cuentas Europeo ha advertido en su Informe Especial que la política de biocarburantes de la UE carece de estabilidad, debido principalmente a los problemas de sostenibilidad y a que la mayoría de los Estados miembros no han alcanzado los objetivos de 2020.
Pablo Muñoz Nieto, miembro de Ecologistas en Acción, ha declarado: “Estamos en un momento de emergencia climática y socioambiental sin precedentes, es crucial que todas las políticas públicas de movilidad estén dirigidas a disminuir el transporte y la demanda energética asociada. Pero además, la ciudadanía tiene el derecho a estar bien informada a la hora de tomar decisiones sobre su consumo. Estos biocombustibles son de todo menos bio”.
Marta García Pallarés, coordinadora de la campaña de biocombustibles de Ecologistas en Acción, ha añadido: “España cuenta con una de las mayores industrias de refino de aceites vegetales de Europa. Cualquier plan para eliminar la palma y/o la soja de los biocombustibles tiene que venir acompañado con limitaciones rotundas a la exportación de estos productos dañinos”.