Redacción •  Actualidad •  22/09/2016

Activistas de Greenpeace transforman una céntrica calle de Madrid para ejemplificar un modelo de ciudad sostenible y con menos contaminación

Una treintena de activistas pintan decenas de señales que simbolizan el uso que las calles deberían tener, con prioridad para personas, bicicletas y transporte público. Numerosas ciudades se han comprometido con la organización ecologista a reducir las emisiones del transporte y para ello deberían aplicar medidas como esta en todo su casco urbano

Activistas de Greenpeace transforman una céntrica calle de Madrid para ejemplificar un modelo de ciudad sostenible y con menos contaminación

 Coincidiendo con la celebración del Día Sin Coches, una treintena de activistas de Greenpeace han pintado decenas imágenes en el suelo de la céntrica calle Bravo Murillo de Madrid para reclamar menos coches y menos contaminación en los núcleos urbanos.

Los activistas han pintando los siete carriles (dos para aparcamiento y otros cinco de circulación) del tramo entre la calle Feijóo y la glorieta de Quevedo para representar los usos que deberían tener grandes calles como esta, donde las personas y el transporte público tuvieran prioridad frente al coche particular.

De esta manera, al amanecer, los carriles han aparecido simulando la manera en que debería reordenarse su utilización para que la ciudad fuera más sostenible y respetuosa con el clima: dos carriles para peatones, otros dos para ciclistas, otros dos para autobuses, y uno para automóviles y motocicletas, que en un futuro no muy lejano deberían ser de motor eléctrico. También portaban una pancarta con el mensaje “menos coches, menos contaminación”.

Este modelo, que podría trasladarse a cualquier ciudad, debería constituir la esencia de las políticas de movilidad y urbanismo de los próximos años: la reducción en el número de automóviles que circulan en nuestras ciudades mediante el rediseño de nuestras calles, y el reparto más equitativo del espacio público entre las personas y los medios de transporte”, ha declarado Mariano González, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace.

Greenpeace ha elegido una calle como Bravo Murillo al ser una vía representativa del absoluto dominio del automóvil en las ciudades: de los 28 metros de anchura 19 de los mismos se dedican a la circulación (cinco carriles) y aparcamiento (dos carriles) de automóviles. Es decir casi un 70% del espacio público se encuentra dedicado al uso prioritario del coche: el porcentaje habitual en la mayor parte de las calles de nuestras ciudades. No es por tanto de extrañar que cada día circulen por esta calle más de 22.000 vehículos, la mayor parte de paso hacia otras partes de la ciudad.

Greenpeace quiere representar con esta acción lo que debería constituir la piedra angular de las políticas de movilidad y urbanismo que se pongan en marcha los años venideros: la redistribución de todo el espacio dedicado hoy en día al automóvil hacia peatones, bicicletas y carriles reservados para el autobús, así como para usos sociales no exclusivamente de tránsito; tales como parques infantiles, huertos urbanos o lugares de esparcimiento.

Recientemente, las principales ciudades del país se han comprometido a reducir en un 50% las emisiones de CO2 causada por la movilidad urbana en 2030 frente a 2012. Para ello deberían reducir en un tercio el número de desplazamientos que actualmente se realizan en automóvil para 2030, una de las condiciones necesarias para lograr la reducción de emisiones comprometida, solo puede lograrse mediante una redistribución del espacio que actualmente se dedica al automóvil. Sus efectos no solo serán positivos para el clima, sino que tendrá además efectos palpables y positivos en la habitabilidad y la calidad de vida de las ciudades.

Cabe señalar que cada año fallecen prematuramente más de 33.000 personas como consecuencia de la contaminación atmosférica, que en 2014 más de 73.000 personas sufrieron un accidente de tráfico en vía urbana y que una gran parte de la población se encuentra expuesta a niveles de ruido perniciosos para la salud. Reduciendo el número de coches de nuestras ciudades se conseguirían en ambos casos mejoras y reducciones significativas que mejorarían ostensiblemente nuestra calidad de vida”, ha concluido Mariano González, responsable de la Campaña de Transporte de Greenpeace.


contaminación /  Día sin coches /  Greenpeace /