El controvertido acuerdo comercial de la UE con Canadá, CETA, pende de un hilo
La falta de acuerdo en el seno de la Unión Europea para la aprobación del polémico acuerdo comercial entre la UE y Canadá, más conocido por las siglas CETA, dio un nuevo giro el viernes tras hacerse pública la decisión tomada por el Parlamento de Valonia de reafirmar que dicho tratado no está listo para ser aprobado.
“En estas condiciones, aprobar el CETA sería como comprar una casa sabiendo que los cimientos están mal construidos, está inclinada y llena de grietas. Una mano de pintura no va a resolver la situación”, ha declarado Shira Stanton, experta de comercio internacional de Greenpeace en la UE. “La oposición al CETA está aumentando a ambos lados del Atlántico a medida que la ciudadanía está conociendo detalles del texto y cómo éste afecta a su salud, sus derechos y la protección del medio ambiente. Es hora de que nuestros gobiernos empiecen a construir una política comercial más justa que ponga a la gente y el planeta por delante de la avaricia de las grandes corporaciones”.
El Consejo de la UE, reunido estos días en Bruselas, no ha resuelto las dudas de Bélgica sobre este acuerdo comercial. Dos de sus parlamentos regionales se oponen al CETA debido a las disposiciones que permiten a las multinacionales demandar a los estados a través de los tribunales de arbitraje y porque el CETA amenaza los servicios públicos.
Incluso en el caso de que los gobiernos de la UE aprueben finalmente el CETA, el acuerdo comercial sólo podría entrar en vigor de manera provisional tras su aprobación en el Parlamento Europeo, votación que podría producirse a finales de 2016 o comienzos de 2017. Sin embargo, se espera que los ministros excluyan el Sistema Judicial de Inversiones, el polémico ICS, de esta aplicación provisional. No obstante, el ICS podría entrar en vigor una vez que los parlamentos nacionales y regionales de la UE decidieran su ratificación.
A pesar de esta continua incertidumbre, la UE y Canadá siguen decididos a celebrar una cumbre en Bruselas el 27 de octubre, donde esperan firmar formalmente CETA.