Miguel Urbán: «Hay voces en la UE que abogan por acelerar la agenda comercial neoliberal usando la guerra de Ucrania como pretexto»

El europarlamentario Miguel Urbán ha denunciado la voluntad de diversos actores de la Unión Europea de incrementar el modelo de especulación con la alimentación en un contexto de grave riesgo de crisis alimentaria. Lo ha hecho durante el debate de la Comisión de Desarrollo de la Eurocámara que trataba el impacto de la crisis de Ucrania en la seguridad alimentaria mundial.

Urbán ha advertido que «desde hace semanas hay voces en la UE que abogan por acelerar la agenda comercial neoliberal usando la guerra de Ucrania como pretexto, es decir, firmar nuevos acuerdos de libre comercio con países del sur global para asegurar la importación de productos básicos, con los impactos sociales y medioambientales que ya conocemos». «Esto se llama, señorías, Doctrina del Shock», ha advertido el parlamentario.

Así mismo, Urbán ha recordado que el riesgo de crisis alimentaria no se debe únicamente a la guerra de Ucrania, sino que responde a un modelo asentado sobre la especulación. «Es fundamental poner freno a la infame especulación creciente con el precio de los alimentos que realizan fondos de inversión y demás actores financieros que operan en bolsas de alimentos como la de Chicago», ha apuntado en este sentido.

Urbán ha recordado que la alimentación es un derecho humano fundamental, planteando que no puede quedar en manos de mecanismos de especulación en manos de unos pocos actores que controlan el comercio agrícola a nivel global. Y ha reclamado que se tomen medidas destinadas a reconfigurar el modelo agrícola y alimentario europeo.

«Como ya he defendido en otras y en esta misma comisión, si de verdad nos preocupa la soberanía alimentaria, deberíamos apostar por una agricultura campesina, basada en la agroecología, en circuitos cortos, en desarrollo endógeno desde un enfoque de derechos y de género», ha defendido Urbán. «Porque el actual modelo alimentario agroindustrial y kilométrico es insostenible, injusto y un peligro para la seguridad alimentaria», ha advertido.