Sí a la Tierra Viva recuerda a Francisco como fuente de inspiración en su lucha contra la minería de tierras raras: «Siempre estuvo del lado de las comunidades más desfavorecidas frente a los abusos del extractivismo»
La Plataforma Sí a la Tierra Viva lamenta profundamente el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio y sostiene que en el contexto de la actual crisis socioambiental «sus actuaciones y afirmaciones suponen pilares éticos» frente a un modelo expoliador que sacrifica al ser humano y los ecosistemas.

Así, frente a la presión de proyectos especulativos como el de minería de tierras raras en Ciudad Real, recuerdan que «su voz resuena con fuerza y se alinea con las luchas sociales por defender el agua, la tierra y los derechos humanos que actualmente están teniendo lugar por todo el planeta«.
En este sentido recuerdan que el mensaje del Papa Francisco sobre la defensa de la naturaleza y la protección de las comunidades, que está de plena actualidad, está expuesto en obras como «Laudato Si. Sobre el cuidado de la casa común» (2015), que dedica una atención particular al impacto que las actividades extractivas tienen la vida de las personas, especialmente cuando se prioriza a toda costa el beneficio económico a corto plazo sobre la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza.
El colectivo indica que la protección del agua ocupa un lugar central en su reflexión, donde se reconoce su valor intrínseco y su importancia vital para la supervivencia humana y para el sostenimiento de los ecosistemas al haber declarado categóricamente que: “El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque condiciona la supervivencia de las personas y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”. Para Sí a la Tierra Viva «esta afirmación eleva la protección de los recursos hídricos a un imperativo moral, especialmente frente a la amenaza de contaminación y abuso que representa la actividad extractiva».
Además -insisten- «Francisco siempre estuvo del lado de las comunidades más desfavorecidas frente a los abusos del extractivismo«, llegando a afirmar en 2015 en un discurso ante comunidades populares bolivianas que «la casa común de todos nosotros está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente» y que «no se puede permitir que ciertos intereses se impongan, sometan a los estados y organismos internacionales y continúen destruyendo la creación» insistiendo en que «los pueblos y sus movimientos» están llamados a «clamar» y a «movilizarse» de manera pacífica pero tenaz en defensa de sus derechos.
Tanto es así que en mayo de 2019 el pontífice llegó a instar a los representantes de la industria minera a luchar contra lo que calificó de «modelo voraz, orientado a la ganancia, con un horizonte limitado y basado en la ilusión de un crecimiento económico ilimitado» apostando por un cambio de paradigma ante «su impacto desastroso en el mundo natural y la vida de las personas» recordando que «en la mesa de discusión deben tener un lugar privilegiado los habitantes locales, quienes se preguntan lo que quieren para ellos y para sus hijos, y pueden considerar los fines que trascienden el interés económico inmediato«.
Por todos estos motivos y desde su nacimiento en enero de 2016, la Plataforma Sí a la Tierra Viva afirma que se ha identificado con el mensaje de Bergoglio, recordando que «ha sido como un faro en la lucha contra la amenaza de la minería de tierras raras en el Campo de Montiel y la provincia de Ciudad Real», inspirando a la población afectada a organizarse y resistir. Por eso consideran que el legado de Francisco está hoy más presente que nunca, citando sus propias palabras: «El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las elites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio«.