El Nuevo Hospital de la Serranía sin telemando, sin resonancia, sin… y «a pleno funcionamiento»
Para que el ciudadano se sitúe, un telemando es un aparato de medicina que permite realizar numerosas exploraciones radiológicas y procedimientos terapéuticos, que se amplían significativamente cuando se trata de un telemando multifunción.
En mayo del pasado año 2016 denunciábamos qué de los dos telemandos prometidos para el Nuevo Hospital de la Serranía nos quedaríamos con un único telemando. Nuestro temor fue confirmado por la entonces delegada de Salud en Málaga doña Begoña Tundidor y ahora diputada del PSOE en el Congreso de los Diputados, al afirmar que así el Nuevo Hospital se adaptaba “a los nuevos tiempos”.
Pues bien, a casi dos meses de la apertura “a pleno rendimiento” del Nuevo Hospital estamos en una situación que ni podríamos sospechar: el Nuevo Hospital como muestra de su adaptación a los “nuevos tiempos” no tiene telemando, ni tan siquiera el viejo telemando que había en el Viejo Hospital está disponible porque al parecer no tiene arreglo.
Una muestra más de la falta de previsión (tiempo han tenido), del engaño y del abandono continuo en el que tienen sumida a la gente de la Serranía, tanto desde la Consejería de Salud como de las restantes administraciones, incluida la estatal. La «alternativa» a esta injustificable situación consistirá en más traslados innecesarios y más sufrimiento añadido.
Así pues, si no se remedia, el Nuevo Hospital estará sine die sin este importante medio diagnóstico y terapéutico, ni con la imprescindible resonancia magnética nuclear prometida.
Esta Plataforma, avalada por la resolución aprobada unánimemente en febrero de este año por el Parlamento de Andalucía, que reconoce nuestras justas demandas, exige: que se dote al Nuevo Hospital de la Serranía con un telemando multifunción y que la resonancia magnética nuclear prometida sea una pronta realidad.
Más aún, ¿recuerdan cuando denunciábamos la carencia de radiólogos?, pues bien, nada ha cambiado ya que pese a la reciente mejora en dos de los contratos existentes -medida que aplaudimos-, los nuevos contratos previstos serán poco atractivos por irrisorios e inestables.
Así pues, seguiremos con déficit de radiólogos. Mientras tanto, las vacaciones a la vuelta de la esquina y con un prometido Plan Costa que no se cumplirá, lo que ocasionará inevitablemente un aumento de las listas de espera y con éstas de las derivaciones a centros privados.
En fin, más «colaboración «público-privada» o lo que es lo mismo: la privatización de la sanidad pública «viento en popa a toda vela».
Insistimos, señora Díaz & Cía.: si hay que recortar, mejor hacerlo en chapuzas, que no en medios y trabajadores.