Temporalidad y precariedad en el hospital militar Gómez Ulla
El personal sanitario del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla denuncia la política laboral llevada a cabo por la dirección del centro. Más de 600 personas del personal estatutario del hospital, en torno a un 35% de la plantilla, se encuentran en situación de temporalidad desde hace años en lo que en los sindicatos valoran como un “fraude de ley”.
Enclavado en el mismo centro del antiguo municipio de Carabanchel, en la evocativa Glorieta del Ejército, se encuentra el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. A simple vista un centro hospitalario más, en realidad se trata de un centro ligado, como su propio nombre indica, a las Fuerzas Armadas y al Ministerio de Defensa. Un régimen de gestión especial que está suponiendo un auténtico problema para su personal médico. La precariedad en toda la sanidad pública tras años de sistemáticos recortes, unida a una política de laboral que abusa de contratos temporales encadenados y a las trabas para ejercer sus derechos laborales está generando uno de los peores entornos de trabajo del ya difícil sector sanitario en España.
Construido en la década de los ’90 del siglo XIX, en una época en la cual las catastróficas guerras coloniales en Cuba, Filipinas y Puerto Rico hacían necesario un centro de atención para una innumerable cantidad de excombatientes, el Gómez Ulla ha estado ligado durante toda su historia al ejército. Sin embargo, en la pasada década, la escasa necesidad de atención sanitaria militar, unida a la problemática causada por el modelo de gestión de la salud en la Comunidad Autónoma de Madrid empujó al gobierno regional a solicitar un acuerdo con Defensa para que el Hospital Central de Defensa ofreciese atención a pacientes civiles.
De esta forma, el centro hospitalario pasó a ser uno más de los hospitales públicos de la capital madrileña en el servicio de atención de urgencias, con la particularidad de conservar sus atribuciones marciales. El centro hospitalario también cuenta con la particularidad de disponer de algunos servicios estratégicos como una zona de internamiento para enfermedades exóticas (abierta tras la polémica gestión de la crisis del ébola en el año 2014) o la unidad de referencia en todo el estado de crisis nucleares, químicas o biológicas. Así mismo, un acuerdo con la Universidad de Alcalá le confiere también funciones de formación e investigación universitaria.
Con todas estas características cabría pensar que la dirección del centro contaría con un especial cuidado y atención para su personal sanitario pero nada más lejos de la realidad. La plantilla denuncia el mal ambiente laboral generado por la política de contratación de dirección. Más de 600 personas de la plantilla del hospital, en torno a un 35% del personal, están contratadas mediante contratos temporales que se renuevan cíclicamente.
“Algunas personas se encuentran en esta situación desde hace más de una década, incluso 17 años encadenando contratos temporales”, nos señala Alex de Marcos un empleado del hospital y delegado sindical de CCOO. “Son contratos de varios meses que se van renovando, lo que genera una enorme inseguridad al personal sanitario porque siempre vive con la amenaza de no ser renovado con un nuevo contrato”, añade, exponiendo que la situación repercute en un empeoramiento de las condiciones y el ambiente de trabajo para toda la plantilla.
Un claro ejemplo es el de Claudia, un nombre inventado sobre la marcha, ya que no desea dar su nombre real ante la inminencia de su extinción de contrato y por miedo a que pospongan su nueva contratación, muestra del nivel de inseguridad que se viven en el Gómez Ulla. “Yo soy eventual, pero llevo de eventual mogollón de años, llevo en el Gómez Ulla diez años y medio”, nos explica Claudia. “En estas condiciones, no disponemos de vacaciones, nos disponen como quieren los que deberían ser días de asuntos propios, se aprovechan de la inestabilidad que tenemos para poner los turnos como quieren, de manera abusiva”, relata, exponiendo que la situación afecta a la calidad de servicios del hospital. “Estamos todos muy quemados y lógicamente, no rindes de la misma manera, te afecta en todo”, explica.
Desde la central sindical consideran que esta política de contratación vulnera el derecho laboral, incurriendo en un fraude, ya que los contratos temporales únicamente deben estar destinados a cubrir picos de volumen de trabajos puntuales. Una situación que a todas luces no se corresponden con mantener a más de un tercio del personal sanitario en esta situación desde hace años. “Lo que reclamamos es que todas estas trabajadoras, y digo trabajadoras porque se trata de un sector enormemente feminizado, pasen a ser interinas por vacante de plantilla, que es el régimen de contratación que se ajusta legalmente a su situación“, nos expone Alex.
Una característica que también nos señalan las propias trabajadoras del hospital, que apuntan a los derechos y permisos por maternidad como una de las grandes problemáticas para la plantilla. “He conocido casos de compañeras a las que han cambiado los contratos para que no pudiesen tener su baja de maternidad”, nos explica Claudia. “Hay compañeras que comentan abiertamente que no pueden tener hijos en ese momento, que tienen miedo a quedarse embarazadas por si pierden el trabajo, en un hospital de la administración pública, es intolerable”, opina, visiblemente molesta.
Una década empeorando las condiciones laborales
No es la primera vez que el personal sanitario del Gómez Ulla protesta por las condiciones laborales del centro. Desde hace diez años, explican desde CCOO, la situación de la plantilla ha ido empeorando. En el año 2007, tras 25 años de modelo de gestión, la dirección militar del centro cambió drásticamente el sistema de asignación de turnos de la noche a la mañana, incrementando el volumen de horas de los turnos de noche. Cuando cuatro trabajadores del centro fueron a pedir explicaciones, la respuesta de la dirección fue demandarles.
Ya en aquella época, las centrales sindicales denunciaban las dificultades para defender los derechos de los trabajadores por las características militares de la dirección del hospital.
A partir de ese momento, además, el volumen de contratos temporales comenzó a aumentar deliberadamente entre el personal sanitario, asentándose como modelo habitual de contratación. “Si en 2009 había poco más de veinte personas con contratos eventuales, ahora tenemos más de 600”, nos explica Alex, de CCOO. “Yo he notado un cambio drástico sobre todo desde hace seis, cinco años y medio, porque claro, los empleados fijos van desapareciendo, porque se jubilan o porque solicitan un traslado, y el número de personal eventual va aumentando y aumentando”, nos cuenta Claudia.
Ante la situación y con la convicción de que la política de contratación supone un fraude de ley sostenido y ante las dificultades para defender sus derechos laborales en un ambiente de total inestabilidad contractual, han solicitado una inspección laboral a través de Comisiones. Sin embargo, como en 2009, la central sindical ha puesto de manifiesto las dificultades legales que se encuentran ante la particularidad legal de que se trata de una entidad adscrita a las Fuerza Armadas, a pesar de que todo el personal sanitario afectado es civil. “El mayor problema legal con el que nos topamos los sindicatos es la dirección del hospital., en el Gómez Ulla los jefes siguen siendo militares”, exponen desde CCOO.
Solicitud de ayuda al legislativo
Ante el bloqueo de la situación y el agravamiento de las problemáticas laborales, la plantilla ha pedido ayuda a todos los espacios que ha encontrado. La pasada semana, representantes sindicales y personal del hospital mantuvo una reunión con el diputado de Unidos Podemos Miguel Bustamante y con otros representantes políticos como la portavoz de Izquierda Unida Madrid Sol Sánchez, entre otros.
Reunión del personal del Gómez Ulla con representantes políticos el pasado martes / AdM
Bustamante ya había recibido a miembros del comité de empresa del hospital en el Congreso de los Diputados como vocal de la Comisión de Defensa el pasado mes de abril. A raíz de la reunión mantenida con los trabajadores, elevó una cuestión a la administración general del estado sobre el desglose de la plantilla.
“Vemos como la tasa de eventualidad del personal del hospital ha crecido de manera muy grande desde 2010 hasta hoy, se han disparado las cifras de contratos temporales de 29 a 596”, nos expone Bustamante. “Nosotros como representantes políticos nos vamos a poner a disposición de los trabajadores para trasladar al legislativo toda cuestión o iniciativa que pueda ayudarles”, señala.
La plantilla también ha apelado a movimientos sociales y espacios de reivindicación, como la Marea Blanca, ya que apuntan que la situación laboral del hospital afecta a todo el sector sanitario de Madrid, condicionando gravemente la atención prestada en un centro hospitalario de tanta importancia. Una situación que viene a agravar la problemática laboral en el sector sanitario, tan sumamente maltratado tras más de una década de recortes y precarización.