Salamanca Antinuclear llama a movilizarse en los juzgados de la ciudad para proteger el Campo Charro
"El próximo miércoles será un día clave para la lucha contra el proyecto nuclear de Retortillo, habrá una vista en los juzgados de Salamanca con motivo de la paralización cautelar de la tala de encinas."
El próximo miércoles será un día clave para la lucha contra el proyecto nuclear de Retortillo, habrá una vista en los juzgados de Salamanca con motivo de la paralización cautelar de la tala de encinas (llevan taladas cerca de 2.000) el abogado de la plataforma StopUranio tratará de demostrar con toda clase de pruebas las mentiras de la ecocida y especuladora Berkeley Energía S.L contra los tres abogados que defienden sus intereses, uno de la propia empresa, el vicepresidente Javier Colilla, otro de la Junta de Castilla y León, organismo que tiene la potestad para conceder el permiso de extracción mineral y otro del Ayto. de Retortillo cuyo alcalde y dos concejales están siendo investigados por prevaricación y corrupción, y otras irregularidades.
El proyecto nuclear de Retortillo tendrá graves consecuencias para la provincia de Salamanca y parte del territorio de Portugal, consistiendo en la mina de uranio a cielo abierto más grande de Europa, un centro de tratamiento de mineral que daría cobertura a otras dos minas en el oeste Salmantino y una tercera en la provincia de Cáceres y como remate final un Cementerio de Residuos Nucleares, estas tres estructuras mineras tendrán una incidencia nefasta para la economía, la salud y el medio ambiente, sin embargo serán muy lucrativas para unos pocos que implicados en corrupción están haciendo el agosto de sus vidas a costa de las de los demás.
De nada servira haber teñido de amarillo y negro la capital del estado y la fiesta regional si el sábado no llenamos la plaza de Colon. Por estas razones la asamblea Salamanca Antinuclear os pide que acudáis a la concentración el miércoles 26 de abril a las 9:30h de la mañana frente a los juzgados de la plaza Colón de Salamanca, para hacer temblar a los inversobres londinenses, y las motosierras carniceras de nuestro querido Campo Charro.