La apuesta española y europea por el gas natural, a debate

Hace cinco años un grupo de organizaciones europeas empezaron a ver con preocupación cómo la Unión Europea (UE) apostaba por el gas natural poniéndolo en el centro de los debates de la transición energética y de la lucha contra el cambio climático. Ello se justificaba por la necesidad de cubrir la intermitencia de la generación renovable y de sus bajas emisiones en la combustión.

 

La publicación en 2015 de la estrategia ‘La Unión de la Energía’ apuntaló la apuesta de la UE por el gas natural como combustible de transición. Se reforzó y desplegó la promoción de  megainfraestructuras gasísticas consideradas Proyectos de Interés Común (PIC), categoría que facilita la movilización de grandes cantidades de dinero público a través de bancos públicos europeos para apoyar su financiación. Los tradicionales lobbies de hidrocarburos fueron penetrando las diferentes organizaciones de renovables para introducir el discurso de «el gas es amigo de las renovables y el clima”. 

 

La diplomacia energética utilizó como justificación-excusa la alta dependencia europea del gas ruso para establecer relaciones con países corruptos y autoritarios como Azerbaiyán, futuro flamante suministrador de gas a la UE a través del Corredor de Gas del Sur, un megagasoducto que conectará el Azerbaiyán con Europa.

 

A todo esto se suma la incertidumbre sobre el volumen de fugas de gas asociadas a las operaciones de extracción, transporte y carga y descarga de los barcos de gas natural licuado. Estas y otras operaciones previas a la combustión tienen mucha relevancia si tenemos en cuenta que el gas natural es en un 90 % metano y su potencial climático a 20 años es 86 veces mayor que el CO_2. El científico norteamericano Robert Howarth afirma que si tomamos en consideración las fugas de metano las emisiones del gas natural pueden ser mayores que las del carbón, particularmente en el caso de la extracción de gas no convencional.

 

En el Estado español existen una gran cantidad de infraestructuras infrautilizadas cuyos costes hacen incrementar los recibos de la electricidad y del gas. Las plantas de regasificación, las centrales de ciclo combinado y el fracasado proyecto Castor son algunos ejemplos de infraestructuras innecesarias que acaban socializando sus costes. No siendo suficiente, se proyectan nuevos gasoductos com el MidCat, la interconexión Catalunya-Francia y las regasificadoras de Canarias, empujando hacia un futuro fósil.

 

Teniendo estos argumentos en cuenta cabe articular un movimiento que, desde diferentes ámbitos, de una respuesta a la apuesta interesada por el gas. Un primer paso fue la jornada internacional sobre el desarrollo del gas en España y en Europa que tuvo lugar en Madrid en junio de 2017. 

 

Este viernes se celebrará una segunda jornada: ‘¿Qué papel debe jugar el gas en el modelo energético? La apuesta española y europea por el gas natural, a debate‘. El objetivo de este acto es conocer la postura de los grupos políticos y debatir con ellos la implantación del gas en España y en la UE. La etiqueta que se utilizará para seguir el debate en redes sociales será #ElGasADebate.

 

PROGRAMA

 

Ponencia inicial:

 

‘El contexto gasista español y europeo’, por Jose Luis Velasco (Observatorio Crítico de la Energía)

Debate con representantes políticos:

 

El acto está abierto tanto al público como a los medios de comunicación.

 

¿Qué? Acto ‘¿Qué papel debe jugar el gas en el modelo energético? La apuesta española y europea por el gas natural, a debate’.

¿Quién? José Luis Velasco (Observatorio Crítico de la Energía), Luis Atienza (PSOE), Rosa Martínez (Unidos Podemos), Javier Viñarás (Ciudadanos) y Laura Ojea (periodista).

¿Cuándo? Viernes 26 de enero, de 18:00 a 20:30.

¿Dónde? Sala Estafeta del Ateneo de Madrid (Prado, 21).