Redacción •  Actualidad •  26/09/2020

Más de treinta de ciudades se movilizan por la justicia climática

  • Este 25 de septiembre varios centenares de personas han salido a la calle en todo el Estado español, uniéndose bajo el lema “Justicia climática para salir de las crisis”.
  • Para las plataformas convocantes, “es momento de impulsar el cambio que queremos, un cambio que ponga en el centro a las personas, los cuerpos, los territorios y la Tierra, sin dejar a nadie atrás”.
Más de treinta de ciudades se movilizan por la justicia climática

El 25 de septiembre, marcado por el momento excepcional actual y la necesaria protección de la salud marcada por la COVID–19, varios centenares de personas han salido a la calle en todo el Estado español, uniéndose bajo el lema “Justicia climática para salir de las crisis”. La movilización, organizada por Alianza por el Clima y 2020 Rebelión por el Clima (plataformas de las que forma parte Ecologistas en Acción) y Juventud por el Clima–Fridays For Future España, se une en más de 30 localidades a la convocatoria internacional del Día de Acciones por el Clima propuesto por la red internacional  de Fridays For Future.

Durante el año 2018 el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló que quedaban apenas 11 años para evitar un incremento de la temperatura global superior a 1,5 ºC, ese mismo informe señalaba que las regiones mediterráneas sufrirían en mayor grado los impactos del cambio climático. Cabe recordar como la temperatura en el territorio se ha visto ya incrementada en más de 1,7  ºC respecto a las temperaturas preindustriales. Hoy la lucha climática sigue incrementándose en urgencia e importancia, especialmente ante la insuficiencia de los compromisos presentados por todos los países, incluido España. Razones que impulsan a los organizadores a seguir manteniendo la agenda de movilizaciones climáticas antes de que el tiempo para actuar se agote y se produzcan las peores consecuencias del cambio climático.

Las acciones llevadas a cabo han sido diversas y descentralizadas, con estrictas medidas de seguridad para proteger la salud de todos los participantes. las organizaciones convocantes señalan como los efectos del cambio climático provocado por la acción humana se acentuarán nuevamente en la población más vulnerable, que aún siendo menos responsables de las emisiones históricas están en circunstancias de mayor fragilidad, social, económica y ambiental

Esta acción se une al movimiento climático internacional, retomando la agenda climática que ha venido precedida de históricas movilizaciones durante 2019. Se retoma así la agenda climática que quiere poner el trabajo y el clima en el centro del debate, en un momento clave donde cualquier recuperación debe de dar respuesta a la crisis social ecológica actual.

Por ello, el manifiesto que acompaña las protestas pone el acento en cinco pilares que las organizaciones consideran claves para afrontar la transformación a un modelo más sostenible y respetuoso con todas la población mundial y el planeta. En primer lugar, sobre el modelo industrial, señalan la importancia de hacer frente a la explotación tanto de los recursos como de los trabajadores, así como la protección de estos últimos frente a los inevitables cambios en la industria y la necesidad de un empleo sostenible y de calidad. A continuación, apelan a los cuidados y lo fundamental de situar los procesos de sostenimiento de la vida en el centro de una nueva concepción del trabajo necesaria en la transformación ecológica. En cuanto al sector primario, destacan su papel fundamental y buscan avanzar hacia un modelo basado en los productos de proximidad y en la soberanía alimentaria.

Respecto al turismo, señalan el profundo impacto que ha tenido la COVID–19 sobre el sector como ha dejado patentes los peligros de la sobre-especialización económica, haciendo especial inciso en la necesidad de abrazar un modelo basado en lo local, evitando el fenómeno de las “ciudades-escaparate”. Por último, se centran en el sector público y la importancia de blindar los servicios que cubren los derechos esenciales de la población, siempre objeto de recortes y privatización.

“Es momento”, concluye el manifiesto, “de impulsar el cambio que queremos, un cambio que ponga en el centro a las personas, los cuerpos, los territorios y la Tierra, sin dejar a nadie atrás. […] Activas y organizadas seguimos luchando por la vida”.


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