La masacre de Melilla demuestra una vez más el fracaso rotundo de las políticas europeas migratorias

Ecologistas en Acción lamenta y condena profundamente los hechos acaecidos en el perímetro fronterizo de Melilla el 24 de junio, donde un gran número de personas fueron asesinadas y centenares resultaron heridas a uno y otro lado de la valla. A su vez, muestra su repulsa ante la reacción del gobierno español y del presidente Pedro Sánchez, que ha justificado los asesinatos, ha felicitado a quienes lo han perpetrado y se niega a hacer una investigación para aclarar las circunstancias que llevaron a ello y depurar responsabilidades, que debería ser el primer paso a dar.

La organización ecologista siempre ha defendido los derechos de las personas migrantes y el derecho de toda persona a emprender un nuevo camino en busca de un futuro, más aún sabiendo el lugar del que estas personas huyen. Muchas de estas personas proceden de países que se encuentran inmersos en conflictos bélicos desde hace muchos años y ACNUR las reconoce en su estatuto de personas refugiadas.

Ecologistas en Acción considera que este es el preludio de lo que se aproxima. A la situación de sequía intensificada por el cambio climático en los países del Sahel y a la fragilidad de sus Estados ante múltiples violencias se añaden ahora los efectos de la guerra de Ucrania, ya que, por ejemplo, países como Eritrea importan su trigo de Rusia, Ucrania y Yemen. En el caso de Somalia, Rusia y Ucrania proporcionan el 92 % del grano que consume.

“¿Cuántas personas más van a intentar iniciar la ruta del Mediterráneo oeste para llegar a la valla de Melilla en su intento de alcanzar Europa cuando no haya grano en sus países dentro de unos pocos meses?”, se pregunta la organización ecologista.

Sucesos como la masacre de Melilla inician las nuevas relaciones España-Marruecos y ponen en cuestión la posición española en la cumbre de la OTAN en lo que respecta a la petición de un refuerzo de la seguridad en el flanco sur europeo. Estos hechos forman parte de la política migratoria de la UE que persigue una creciente militarización de las fronteras y de acuerdos con sus países limítrofes (como Turquía o Marruecos) a sabiendas de que implican violaciones de derechos humanos. Oponer a los desplazamientos forzados de personas el poder de la violencia como política de seguridad y dar solución militar a problemas sociales no es admisible, ni humano.

Entre las causas de los desplazamientos provocados por los efectos del cambio climático en las zonas del Sahel, de donde proceden mayoritariamente las personas migrantes que pasan por Melilla en la ruta del Mediterráneo Oeste, está, a juicio de Ecologistas en Acción, el sostenimiento del actual modelo socioeconómico capitalista. La organización ecologista sostiene que existe una clara y directa relación entre los desplazamientos forzosos y la expropiación de recursos locales básicos, agrícolas y minerales (uranio, oro, diamantes, petróleo, fosfatos y magnesio) a manos de las grandes corporaciones transnacionales al servicio del modelo consumista del Norte global.

“Las políticas migratorias europeas de las que dependen las españolas no funcionan y son inhumanas”, declara Ecologistas en Acción. La organización ecologista coincide con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en que «la puesta en marcha de vías legales y seguras de llegada a personas migrantes y refugiadas y el refuerzo de las operaciones de rescate son fundamentales para evitar que miles de personas pierdan su vida».

Ecologistas en Acción reclama igualdad de protección para todas las personas que huyen de todas las guerras y del hambre, rutas seguras para la migración, y respeto y solidaridad para quienes se enfrentan cada día a este desesperado movimiento migratorio. A su vez, en línea con la Iniciativa Legislativa Popular #RegularizaciónYa, demanda poner fin a la situación irregular en la que se encuentran medio millón de personas en el Estado español, reconociendo sus derechos. Por último, la organización ecologista exige frenar el expolio de los países empobrecidos, como los del Sahel, razón por la cual muchas personas se ven obligadas a migrar contra su voluntad.