Antonio Maíllo rechaza una reforma constitucional de «despachos» y apuesta por un proceso constituyente que elabore un nuevo marco de convivencia
En estas jornadas se trató la posibilidad y la necesidad de abrir un proceso constituyente que suponga el inicio de una nueva etapa en la historia del país, ante un horizonte que se debate entre una reforma constitucional que puede cerrar «por arriba» la brecha abierta el 15 de mayo de 2011 y un cambio constituyente que profundice el mandato de cambio expresado por una mayoría social.
Vivimos un momento histórico crucial, con un Estado en crisis, fracturado en varios niveles (social, institucional y territorial), y sin un proyecto de futuro por parte de las élites tradicionales del país: la crisis en Cataluña; la corrupción arraigada en las instancias más elevadas del Estado; la creciente brecha social (de clase, generacional, de género, rural-urbana) o la subordinación a las instituciones europeas en materia económica son elementos centrales en el actual marco constitucional del Estado español y aspectos que urge debatir, junto a la necesidad de plantear alternativas al actual marco constitucional.
Volver a mirarnos. Nuevos acuerdos para la España que somos. Sesión domingo por la mañana.