Guaidó volvió a pedir en su gira europea «más sanciones» contra Venezuela, pero también contra el criterio de la ONU
- El opositor Juan Guaidó asegura que Venezuela vive en una "dictadura" y "necesita más sanciones" de la Unión Europea como lo hizo Estados Unidos.
- Las medidas unilaterales contra Venezuela perjudican a gran parte de la población, según denuncian autoridades del país y organizaciones sociales.
- Desde hace un año, el relator especial de la ONU insiste en que "las sanciones no son la respuesta a la crisis en Venezuela" porque pueden llevar a la inanición y a la escasez de medicinas.
Hace ahora un año que Idriss Jazairy, relator especial de la ONU, afirmó que le «preocupaba especialmente escuchar los informes de que estas sanciones están dirigidas a cambiar el Gobierno de Venezuela«. Su tesis sostiene que «la coerción, ya sea militar o económica, nunca debe usarse para buscar un cambio de gobierno en un Estado soberano», y que “el uso de sanciones por parte de poderes externos para derrocar a un gobierno electo está en violación de todas las normas del derecho internacional”.
El ex-presidente Jose Luis Rodríguez Zapatero, conocedor como pocos del país latinoamericano., ya mantuvo en TVE la misma línea, afirmando con rotundidad que «ni las sanciones internacionales ni el intentar tumbar a un gobierno han funcionado o funcionarán«.
A pesar de ello, el cuestionado líder opositor en Venezuela Juan Guaidó pidió durante su gira en la Unión Europea (UE) «más sanciones» contra el «régimen del presidente Nicolás Maduro».
Guaidó afirmó la semana pasada que quiere «poner fin a la tragedia» que vive Venezuela y buscar las herramientas para hacerlo, entre las que citó restricciones al sector del oro venezolano y sanciones más precisas a personas individuales, que la UE ya aplica. «(Podemos) caracterizar este oro como oro de sangre y no permitir que se use como control social» o para «financiar los grupos irregulares», un mensaje reiterado en cada lugar al que fue invitado.
También se mostró partidario de «mejorar y afinar el proceso de sanciones personales a violadores de derechos humanos y corruptos para que no crean que se pueden burlar del mundo libre al perpetrar toda esta situación» y apoyar «con todo lo que tiene que ver con la crisis de refugiados en la región», así como «no permitir que se banalice el mal».
«No va a ser voluntario que la dictadura va a acceder, hay que presionar y por tanto son importantes las sanciones de cara a agotar todas las vías y canales que se puedan tener para presionar, enviar el mensaje y lograr una alternativa pragmática y realista para Venezuela y la región», apuntó.
La UE ha rechazado hasta ahora imponer a Venezuela sanciones económicas, que sí aplica Estados Unidos desde 2014, para evitar penalizar al conjunto de la población, aunque sí que mantiene medidas restrictivas contra personalidades (prohibición de viajar a la Unión y congelación de sus bienes en ese territorio) a las que considera responsables de menoscabar los derechos humanos.
Además, mantiene restricciones a la exportación de armas y de equipos de telecomunicaciones y «que puedan utilizarse para la represión interna».
Su visita a varios países europeos ha movido a miles de simpatizantes, pero también ha generado protestas en ciudades como Londres o Madrid, aunque los medios de comunicación generalistas no se hagan eco de las mismas. En una u otra ciudad mantienen que «Juan Guaidó se hace llamar presidente de Venezuela, pero no tiene ninguna base legal ni constitucional (…) Además, ha llamado a una intervención militar y sanciones contra Venezuela, que están teniendo un impacto terrible». El Movimiento de Solidaridad con Venezuela de Madrid acusó al Gobierno español de convertirse en «cómplice de los crímenes y usurpaciones perpetradas por el sujeto, actuando como lacayo del mayor imperialismo de la historia, como es el norteamericano» por seguir reconocieno a Guaidó como «presidente encargado» y recibirlo a través de «la ministra de Asuntos Exteriores».
Efectivamente, en unos términos más diplomáticos, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ya declaró en septiembre de 2019 a través de una resolución que las “medidas coercitivas extraterritoriales unilaterales”, impuestas a Venezuela, “han agravado todavía más los efectos de la crisis económica y, en consecuencia, la situación humanitaria del pueblo venezolano”, reafirmándose en «los principios universales de soberanía, integridad territorial, libre determinación, igualdad soberana de los Estados, no intervención y no injerencia en los asuntos internos de los Estados».
Por otro lado, tanto desde el Gobierno de Venezuela como desde sectores de la oposición se acusa a Guaidó de diversos escándalos de corrupción. Dirigentes opositores piden a Guaidó rendir cuentas sobre el dinero que le otorgó la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), supuestamente para ayuda humanitaria y para los ciudadanos de la nación sudamericana. Jorge Rodríguez, Ministro de Comunicación venezolano, denuncia cómo se ha esfumado el dinero: “de un total de casi 467 millones de asistencia humanitaria, así como 184 millones para los venezolanos dentro de Venezuela, es decir, que de un total de 654 millones USAID ha proporcionado más de 435 millones, ¿dónde están Juan Guaidó? ¿dónde están esos 435 millones?”
* Con información de Agencias y TeleSur.