Mataderos de Binéfar: otro ejemplo más de la contradicción capital-vida
Es vergonzosa la complicidad que la DGA y el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Binéfar ha venido mostrando con este modelo de negocio; cómo han abierto las puertas de nuestra tierra y promocionado la instalación de la mafia, como ante las continuas denuncias ante Inspección de Trabajo, Guardia Civil y demás instituciones públicas competentes y no tomar medidas hasta hace poco, y del todo insuficientes.
El foco de epidemia detectado recientemente en los dos mataderos de Binéfar no es casual, sino consecuencia de las condiciones en las que las y los trabajadores desempeñan su labor. Una muestra más de la incompatibilidad del capitalismo con la propia vida. Desde el PCE condenamos la falta de escrúpulos de empresarios como el del macromatadero de Binéfar, que mantiene en unas condiciones de precariedad laboral y falta evidente de medidas de seguridad, lo que ha provocado el brote de COVID-19.
El empecinamiento en aumentar las ganancias a toda costa que lleva implícito este sistema, y lo vemos concretado en el asunto de los mataderos, supone la creación de modelos empresariales que peligrosamente concentran en inmensas cantidades la producción de derivados de la carne de cerdo entre otras especies animales. Con la consecuencia que ello supone sobre la emisión de CO2 derivado del transporte, la imposibilidad de vertebrar el territorio por el abandono de un plan de pequeños mataderos esparcidos por el mismo y sostenibles ya que parten de lo que se cría al lado, sobre los problemas de cobertura sanitaria, educación y vivienda que supone aumentar de la noche a la mañana en gran cantidad la población al requerir mano de obra foránea… Y sobre todo las condiciones laborales de explotación, precariedad y hacinamiento que han supuesto la mecha para la bomba que ha explotado en forma de contagios a gran escala de COVID-19.
Es vergonzosa la complicidad que la DGA y el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Binéfar ha venido mostrando con este modelo de negocio; cómo han abierto las puertas de nuestra tierra y promocionado la instalación de la mafia, como ante las continuas denuncias ante Inspección de Trabajo, Guardia Civil y demás instituciones públicas competentes y no tomar medidas hasta hace poco, y del todo insuficientes.
Desde el PCE exigimos un férreo control de las condiciones laborales y que se respeten las normas decretadas, así como contemplar la posibilidad del cese de la actividad ante el descontrol de la epidemia, para poder salvaguardar la salud de las y los trabajadores y sus familias, así como de los vecinos que ansiosamente esperan poder salir de sus casas tras semanas de confinamiento. La salud del pueblo está por encima del negocio de unos pocos, y no es excusa que sea actividad esencial, ya que las consecuencias en el abastecimiento alimentario se pueden amortiguar perfectamente con la producción estatal, además de que gran parte es destinada a la exportación.