Redacción •  Actualidad •  28/04/2024

Se cumplen cuatro semanas al raso de la Acampada del SAD ante el Ayuntamiento de Sevilla

  • La plantilla del SAD (Servicio de Atención Domiciliaria) acampa desde el pasado 1 de abril exigiendo la municipalización del servicio y el fin del lucro con los servicios sociales de la dependencia. La acampada continúa más fuerte que nunca gracias al incremento de apoyos y la solidaridad.
Se cumplen cuatro semanas al raso de la Acampada del SAD ante el Ayuntamiento de Sevilla

La invisibilizacion y precariedad del SAD, compuesto en su mayoría por mujeres que se encargan de los cuidados de nuestras personas mayores y dependientes en los domicilios, las listas de espera de la Junta de Andalucía para la concesión del servicio y la gestión lucrativa llevada a cabo por empresas sin escrúpulos, que anteponen los millonarios ingresos a las necesidades de las personas usuarias y de quienes las cuidan, son los motivos por los que CGT promueve esta acampada indefinida.

El martes 30 de abril está convocada una manifestación en la que por los sindicatos CCOO y UGT, mayoritarios en el sector, participarán, terminando el recorrido en la acampada del SAD de CGT, Plaza Nueva, donde se estará celebrando el pleno municipal y el alcalde tendrá que pronunciarse sobre la situación de la atención domiciliaria y «el pingüe negocio que ha puesto en manos de empresas privadas sin escrúpulos».

La plantilla del SAD de Sevilla está lanzando a la sociedad un grito desesperado de un colectivo infravalorado y despreciado por el Ayuntamiento hispalense y sus empresas concesionarias.

«Estamos ante un grave problema de reconocimiento profesional y de condiciones de trabajo precarias e indignas que padecen quienes son la tabla de salvación de muchas familias para poder atender a sus familiares con discapacidad, enfermos o mayores en los propios domicilios sin necesidad de ingresarles en residencias u otro tipo de centros».

La plantilla apunta que la privatización del SAD supone poner el servicio en manos de empresas “sanguijuela”, que sin exponer nada se lucran con dinero público y maltratan directamente a las profesionales y desprestigian los servicios sociales que se prestan a las personas dependientes, preocupándose únicamente de hacer caja con el millonario negocio.


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