La Confederación Hidrográfica del Cantábrico sanciona nuevamente a Arcelor por vertidos

La Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha iniciado un nuevo expediente sancionador por los incumplimientos continuos en los vertidos autorizados de Arcelor en la factoría de Gijón. No se trata de la primera ocasión en que Arcelor recibe una sanción de este por su política de residuos. En el año 2016, la multinacional recibió una sanción de 1.283.335 euros por parte del Consejo de Ministros, en esa ocasión por los vertidos en el río Aboño. A pesar de los recursos de la compañía, el Tribunal Supremo ratificó la multa.

Sin embargo, para las organizaciones ecologistas de Asturias, las multas son insuficientes, siendo que Acerlor continúa realizando vertidos de forma sistemática e incumpliendo los valores de los límites de emisión.

“Hay que recordar que estos vertidos han convertido ese cauce en un lugar altamente contaminando como hemos denunciado en varias ocasiones”, indican desde la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies.  “Está pendiente de confirmar otra gran multa por vertidos en la factoría de Avilés tras nuestras denuncias por vertidos irregulares también”, añaden.

“Esperemos que esta nueva sanción obligue a esta empresa a gastarse el dinero en tratar las aguas de proceso y no verterlas sin control tanto en la factoría de Gijón como en la de Avilés, como viene haciendo de forma habitual”, señala la Coordinadora, que denuncia que las escasas sanciones recibidas por el gigante de la industria siderúrgica son sistemáticamente recurridas en lugar de subsanadas las deficiencias de gestión de residuos en las que incurren de manera evidente. 

Arcelor, surgida de la fusión de algunos de los consorcios siderúrgicos más grandes de Europa, entre ellos la española Aceralia, es el segundo conglomerado mundial en nivel de producción de acero. Se calcula que cuenta con un volumen de negocio de en torno a 60.000 millones de euros.