Fórum de Política Feminista (FPF): «20 de las 21 recomendaciones del Pacto de Toledo se olvidan de las mujeres»
- Ninguna cuantía media de las pensiones que perciben las más de 5 millones mujeres con pensión contributiva alcanza el SMI (950€).
- Algunas de las propuestas pueden conllevar una repercusión negativa en las mujeres.
Madrid, a 28 de diciembre de 2020.
El Fórum de Política Feminista (FPF) ha realizado un estudio en el que analiza las recomendaciones aprobadas por el Congreso al Pacto de Toledo con perspectiva feminista, observando en cada recomendación la incidencia que en las mujeres tendrán cada una de ellas para paliar y reducir, hasta su eliminación, la desigual situación que sufrimos en la sociedad, el mercado laboral y como consecuencia en el sistema de pensiones.
La composición de la XIV Comisión del Pacto de Toledo que ha redactado el informe estaba constituida por 27 mujeres (42%) y 35 hombres. Su Informe de evaluación e impacto del Pacto de Toledo contiene 21 medidas consensuadas para afrontar un nuevo modelo de sociedad y asegurar el equilibrio del Sistema.
Las más de dos millones trescientas mil mujeres pensionistas cobran una pensión cuya cuantía media es 893,56€ mientras que la media de la pensión de los hombres es de 1.346,16€. Por lo tanto, habría que incrementar 50,65% la pensión de jubilación contributiva que cobran 2.392.205 mujeres por las rentas de su trabajo para alcanzar la de los casi 4 millones de hombres. Así, también hay 1.327.091 mujeres que no han alcanzado la posibilidad de tener una pensión contributiva y ninguna cuantía media de las pensiones que perciben las más de 5 millones mujeres con pensión contributiva alcanza el SMI (950€).
Esta situación tiene claros activadores: el menor acceso de la mujer al trabajo asalariado, las peores condiciones laborales y todo ello por el rol social de las mujeres relacionado con la división sexual del trabajo, la maternidad y los cuidados. El sistema empuja a muchas mujeres a la dependencia económica del cónyuge, la precariedad durante su vida laboral y la pobreza en muchos casos durante toda su vida.
La situación de las mujeres mayores es que se sitúan en el importe mínimo en la viudedad y en las contributivas. Por otro lado, una cantidad importante subsiste con la pensión no contributiva. Son pensiones que en cuantía se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. Así, el primer principio del sistema, que es el de suficiencia no se cumple porque no proporciona una pensión digna a una parte importante de la población.
La Comisión no ha tomado en consideración la corrección de la brecha de género en las pensiones como factor sobre el que incidir de manera prioritaria. El compromiso político con el sistema se antepone al compromiso con las mujeres y con su derecho a tener unos ingresos dignos en la etapa de mayor edad. Relegando a las mujeres a una recomendación concreta, la 17 -y lo hace desde la óptica de su rol social de cuidadora-, carece de una visión transversal en el resto de medidas o recomendaciones propuestas, se desentienden de las realidades de las mujeres y pierden la necesaria perspectiva feminista para que la incidencia de las medidas corrija la brecha de género en las pensiones desde sus orígenes sociales y laborales.
El FPF señala en su estudio aquellas recomendaciones del Pacto de Toledo que, de no conllevar medidas correctoras para paliar la situación desigual de los sexos en el mercado laboral y el rol social de las mujeres, serán, en estos momentos, perjudiciales para las mujeres. Reivindicamos un cambio de perspectiva y que se abra el objetivo para considerar la realidad en su conjunto en todo momento, porque con estas reglas se retroalimenta la desigualdad.
Se marcan propuestas que pueden conllevar una repercusión negativa en las mujeres, como el incentivo a planes de empleo complementarios y los ahorros personales destinadas a realidades lejanas a la de las personas en riesgo de exclusión, con trabajo precario o no formal y con escasos recursos y sobre todo el aumento de la edad de jubilación. Por ello, se incide políticamente en el principio de solidaridad que sostiene al sistema de pensiones, por el cual se apoya a las situaciones menos protegidas desde las aportaciones contributivas, así como en la obligación de atender la suficiencia de las pensiones como principio inspirador de la autonomía personal.
El FPF plantea un cambio del sistema en su conjunto que se sitúa lejos de fomentar la trampa de la diferencia, de incentivar, motivar y compensar a las mujeres por su mayor dedicación al hogar, el trabajo doméstico o los cuidados. Muy al contrario, se hace necesario un cambio de modelo social que requiere de una condición principal y una visión feminista y es que apostemos por una sociedad donde no haya ninguna diferenciación de roles de género y la hagamos real. Eliminar toda división sexual del trabajo. Para ello, las políticas públicas deben ser pensadas coherentemente en su conjunto y enfocadas a este objetivo social común y el Estado tiene que aplicarlas de manera transversal. Lamentablemente, este informe del Pacto de Toledo carece de esa necesaria condición.
Por último, desde el Fórum de Política Feminista requerimos un cambio estructural social para la desaparición de la diferencia por sexo con medidas que fomenten la corresponsabilidad, la escolarización de 0 a 3 años y un sistema de servicios públicos para los cuidados y suficientemente financiado, dignificar las condiciones de quienes nos cuidan regularizando la situación de las empleadas del hogar y eliminar los incentivos que desincentivan el empleo de calidad de las mujeres y equiparación de las pensiones, también las no contributivas, a un mínimo de suficiencia vital y elevar los índices de referencia para la garantía de unas rentas mínimas adecuadas.
INFORME FÓRUM POLÍTICA FEMINISTA
RESUMEN DEL INFORME FÓRUM POLÍTICA FEMINISTA A LAS 21 RECOMENDACIONES DEL PACTO DE TOLEDO