Manifestación en defensa del derecho a la salud y de la Sanidad Pública ante el Centro de Salud de Abrantes (Carabanchel)

Comunicado Asamblea Carabanchel

Fruto del continuado abandono al que la somete la Comunidad de Madrid, la Sanidad Pública madrileña se está degradando a marchas forzadas. Por suerte esta política de desmantelamiento del sistema sanitario público genera resistencias.

En el barrio de Abrantes, en el distrito de Carabanchel, la lucha que desde hace ya 4 años y 6 meses, protagonizan vecinas y vecinos realizando manifestaciones los jueves para denunciar el abandono de su centro de salud y reclamar más profesionales y recursos, ha conseguido que la administración madrileña destinara recursos suficientes como para estabilizar un equipo de médicos/as de familia estable. Un equipo estable sí, pero incompleto: si el sobre el papel el CS Abrantes debería tener 17 médicas/os de familia, la realidad es que no hay más de 12 facultativos/as regularmente -hay refuerzos de unas horas pero estos dependen de la disponibilidad y voluntad del profesional para hacer horas extras. Así este consultorio, Abrantes que ha estado cerca del abismo (ha llegado a estar meses con menos de un tercio de los y las profesionales médicos que debería tener), se acerca a la situación del resto de consultorios de Carabanchel y de otros barrios de clases trabajadoras y populares, es decir con esperas para una cita médica que pueden ser de varias semanas.

En la mañana del 28 de enero hemos estado consultando a los y las usuarias del centro sobre los tiempos de espera para una cita y varios testimonios confirman que las esperas son actualmente de 15 días. Toda una mejora para un centro de salud que ha estado dando citas a un mes durante demasiado tiempo.

Sin embargo, es en lo referente a la pediatría donde la situación de abandono sigue siendo brutal. Si sobre el papel este consultorio debería tener 4 médicos/as pediátricos/as (2 en el turno de mañana y otros 2 en el de tarde), actualmente solo tiene a uno o dos por las mañanas y ya no hay pediatra regularmente más que las tardes de los lunes, martes y miércoles. Y cuando hay alguna baja, el centro de salud se queda sin poder atender la salud de las más pequeñas. Es lo que ocurrió en la mañana del 28 de enero, que no había pediatría. Según relataban padres y madres enfadados esa misma mañana tampoco había pediatras en los centros de salud de 15 de mayo y de Puerta Bonita.

La atención pediátrica se encuentra en una situación crítica en la Comunidad de Madrid. En total, y según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEPAP), más de 523.000 menores en el estado español no tienen pediatra de Atención Primaria asignado, y casi la mitad, 281.000, son de Madrid. Y la mitad de ellos son bebés. En la región madrileña, además, en numerosos casos, son médicos de cabecera y no pediatras quienes están atendiendo a nuestras hijas e hijos.

En Carabanchel, la agónica la situación de la pediatría también se hace notar. Al no haber ya pediatras por las tardes -no se sustituyen ni bajas de larga duración ni jubilaciones- en la mayor pare de los centros de salud, a la administración de la Comunidad sólo se le ha ocurrido concentrar, por las tardes, a un equipo de cinco pediatras en el centro de salud de Nuestra Señora de Fátima para atender emergencias. Eso obliga a las familias de Carabanchel, uno de los distrito más poblados y grandes de Madrid, a peregrinar largas distancias para encontrar a un profesional disponible por las tardes. Y en este caso sólo para que atienda emergencias o consultas no demorables ya que estos pediatras no ofrecen una atención continuada o regular más que a los y las peques que tienen asignado el centro de salud de Fátima.

La Atención Primaria no sólo es el primer nivel de asistencia sanitaria -los centros de salud (CS) son el primer lugar donde se debe acudir cuando se tiene un problema de salud- es también el corazón del sistema sanitario: no en vano más del 80% de los problemas de salud de la población se resuelven en la Atención Primaria. Pero para que esta sea eficaz debe tener recursos para atendernos adecuadamente. La falta de una inversión adecuada en el primer nivel asistencial, se traduce en el agotamiento de profesionales sanitarios desbordados, esperas para citas, retraso en diagnósticos e incapacidad para atender necesidades crecientes de salud.

Por eso llamamos al vecindario de Carabanchel a luchar por una sanidad pública, universal y de calidad, no sólo para el barrio, sino para toda la Comunidad de Madrid.

Estamos hablando de una cuestión de derechos y de salud.