Las poblaciones afectadas por los grandes proyectos fotovoltaicos en Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha inician una campaña de información ciudadana
- Representantes de colectivos ecologistas y vecinales de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha se reunieron el 17 de enero en Morata de Tajuña para frenar la proliferación de grandes proyectos fotovoltaicos en sus comarcas.
- En el encuentro acordaron iniciar una campaña de sensibilización ciudadana y promover mociones en los ayuntamientos.
Madrid, 30 de enero de 2024. El pasado 17 de enero se reunieron en la localidad de Morata de Tajuña representantes vecinales y ecologistas de diversos municipios afectados por los grandes proyectos fotovoltaicos como Aranjuez, Paracuellos de Jarama, Coslada, Mejorada del Campo, Chinchón, El Casar, Pioz, Villaconejos, Ontígola, Guadalajara y los pueblos del Valle del Tajuña (Orusco, Tielmes, Ambite, Morata de Tajuña…).
Son municipios que ya sufren la incidencia de instalaciones nocivas para la salud y el medio ambiente que verán aumentar su degradación con la previsión de incluir en torno a unas 10.000 hectáreas de placas fotovoltaicas distribuidas a lo largo y ancho de sus territorios, en muchos casos a pocos metros de sus viviendas, eliminando cultivos centenarios de olivar, almendro o viñedos, a los que hay que sumar las líneas de evacuación, centros de transformación, etc. De esta manera, sus espacios geográficos, muchos de ellos de gran valor paisajístico e identitario, se verán inmersos en un proceso imparable de electrificación afectando a la calidad de vida de sus poblaciones.
Estamos a favor de las energías no contaminantes pero pensamos que su obtención no debe avasallar al medio natural y a las poblaciones que los circundan.
Necesitamos proyectos fotovoltaicos que vayan en la línea del desarrollo sostenible para el territorio y sus habitantes, la protección de los hábitats naturales, tierras de cultivo y los pueblos que son garantes de un patrimonio único. La transición hacia las energías limpias es urgente e imprescindible, pero debe hacerse de otra manera, con autoconsumo, comunidades energéticas, y con ahorro y eficiencia y no poner en riesgo formas de vida tradicionales y la biodiversidad de un territorio en peligro.
Por todo ello, se ha acordado iniciar una campaña de información ciudadana, llevar mociones a los plenos municipales, estudiar en profundidad los daños e impactos que se generan a nivel ambiental, paisajístico y sobre la salud de las personas, y si fuera necesario, utilizar la vía penal para los casos más nocivos.
La actividad reivindicativa seguirá en los próximos días con nuevas reuniones vecinales, con representantes políticos y de la Administración Pública y otras acciones ciudadanas.