IU reclama una educación afectivo-sexual “basada en la igualdad y la libertad” para prevenir las “agresiones sexuales que siguen siendo un grave problema social en pleno siglo XXI”
Enrique Díez, coordinador del Área Federal de Educación, señala que “son demasiadas las decisiones judiciales que estiman que una mujer miente al denunciar una violación o que incluyen interpretaciones ‘sui generis’ sobre cuándo existe disfrute, coacción, miedo o violencia, sin tener los conocimientos necesarios sobre relaciones entre los géneros”.
Lunes, 30 de abril 2018.
Izquierda Unida, a través de su Área Federal de Educación, reclama una “educación afectivo-sexual basada en el respeto, la igualdad y la libertad” que sirva para prevenir de manera efectiva y evitar a través de la educación las “agresiones sexuales que en pleno siglo XXI siguen siendo un grave problema social”.
Enrique Díez, coordinador de este área federal, señala que “para las mujeres y los hombres que integramos Izquierda Unida la educación sexual no puede entenderse al margen de una concepción de los géneros que respete la diversidad y cuestione la ideología patriarcal dominante, que ha impregnado también los programas de educación sexual”.
“Cualquier propuesta de educación afectivo-sexual ofrecida desde la perspectiva de género -señala- debe abordar las relaciones de poder asimétricas, la división de los espacios público-privado en función del género, la construcción social del deseo o el aprendizaje de la masculinidad y la feminidad desde modelos de dominación-sumisión”.
La sentencia emitida la semana pasada por el tribunal de la Audiencia de Navarra que juzgó a los cinco hombres del grupo conocido como ‘La Manada’, que IU rechazó de forma contundente desde el primer momento, “no es un caso aislado”.
Enrique Díez explica que “son demasiadas las decisiones judiciales que estiman que una mujer miente al denunciar una violación, que incluyen interpretaciones ‘sui generis’ sobre cuándo existe disfrute, coacción, miedo o violencia, sin tener los conocimientos necesarios sobre relaciones entre los géneros o sobre cómo la pornografía es la verdadera escuela de sexualidad, desigualdad y dominación en la que se forma buena parte de la población joven y adulta en nuestro país, presentando como normales o deseados por las mujeres unos parámetros de actuación que están absolutamente lejos de la realidad”.
Considera que “la educación, en su más amplio sentido, no sólo se desarrolla en el ámbito escolar. Partimos del principio de que para educar se necesita a toda la sociedad, pero también nos reafirmarnos en el papel esencial que los centros educativos pueden y deben desempeñar en la construcción de unas relaciones afectivo-sexuales basadas en el respeto, la igualdad entre sexos y la libertad personal”.
Izquierda Unida reclama que “es urgente dar un impulso decidido a los programas de educación sexual en los centros escolares y abordar desde la educación todas estas cuestiones. Aún está pendiente que la legislación sobre violencia de género recoja las violaciones como una de sus manifestaciones habituales, aunque la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva de 2010 establece que la salud sexual requiere un entorno libre de coerción, discriminación y violencia, y establece en su capítulo III la responsabilidad del sistema educativo en la construcción de nuevos modelos de sexualidad”.
Desde el Área Federal de Educación de IU se destaca también que “la educación permanente se refiere al aprendizaje a lo largo de la vida. Los poderes públicos deben asegurar la formación necesaria para el cumplimiento de las normas que obligan a diferentes profesionales a formarse sobre cuestiones de género que afectan al ejercicio directo de sus tareas. Ello incluye al profesorado, la judicatura, administración, cuerpos de seguridad, personal sanitario, etc”.
Respecto al ámbito escolar, todas las leyes educativas han integrado con mayor o menor relevancia contenidos sobre educación sexual en los currículos de Educación Primaria y Secundaria. “Pero ha faltado y falta para su efectiva puesta en marcha -apunta Díez- el compromiso decidido de las administraciones educativas para impulsar estos programas con la implicación de las direcciones, los claustros y el conjunto de la comunidad educativa. Los centros escolares necesitan contar con profesionales específicos en Educación para la Salud (EpS), que de manera permanente actúen en los colegios e institutos”.
El responsable del Área Federal de Educación de IU denuncia que todo lo anterior “supone un incremento de las plantillas y, por tanto, de la inversión educativa, al que a día de hoy es incompatible con la cicatera financiación pública educativa. Esto se vuelve a confirmar con los Presupuestos Generales del Estado para 2018 que el Gobierno del PP trata de sacar adelante en el Congreso, así como con los brutales recortes presupuestarios que la Escuela Pública sufre en los últimos años”.