Los datos contradicen que la subida del salario mínimo haya provocado un aumento del paro en el sector agrario de Extremadura
CCOO de Extremadura niega tajantemente que el incremento del paro el sector agrario en el último trimestre del pasado año esté provocado por la subida del salario mínimo que aprobó el Gobierno e indica que los datos estadísticos contradicen estas interpretaciones interesadas. De entrada, el aumento del salario mínimo a 900 euros estaba vigente desde el 1 de enero de 2019 y el comportamiento del mercado de trabajo agrario ha sido muy similar durante los doce meses al registrado otros años, muy vinculado a la buena o mala marcha de las distintas campañas agrícolas que se van sucediendo.
Los datos de Seguridad Social y la comparativa de las estadísticas con el mismo periodo de otros años demuestran que está argumentación no tiene base real ni científica y lamenta que sea utilizada en la negociación del convenio del campo, del que dependen cerca de 65.000 trabajadores y trabajadora por cuenta ajena y cuyas condiciones laborales son bastante duras.
Por ejemplo, en afiliación a la Seguridad Social en el sector agrario, el año 2019 se cerró con 28.689 personas afiliadas que realizan jornadas reales, mientras que 2018 esta misma cifra baja a 27.017, cuando el salario mínimo era inferior. Es decir, la ocupación en el sector no solo no ha bajado, sino que ha mejorado en más de 1.500 personas, un 5,7 por ciento más.
Además, también la contratación refleja el argumento falaz de que el trabajo en campo se ha visto perjudicado por el incremento del SMI. El 2019 se firmaron casi 12.000 contratos más que en 2018. En concreto, 272.592 el pasado año y 260.829 el anterior, con un porcentaje de indefinidos prácticamente igual en los dos casos.
Afirmar que el Salario Mínimo está detrás del alza del desempleo en el campo como dijo el presidente Guillermo Fernández Vara, sin un análisis pausado de los datos de la EPA, es como mínimo precipitado e interfiere negativamente en la negociación del convenio colectivo más importante de la región por número de personas afectadas.
El mal dato del empleo en el sector agrario en el último trimestre se tiene que analizar sosegadamente para ver cuáles son los problemas estructurales de este sector que provocan este comportamiento tan irregular de su mercado de trabajo.
Desde luego, lo que CCOO entiende que no se puede hacer es intentar competir con salarios de miseria, sin dignificar las condiciones laborales de la región, y beneficiando únicamente a las organizaciones empresariales agrarias, que un día están protestando porque no pueden contratar por los costes laborales y al día siguiente se quejan de falta de mano de obra.
Más allá del alza salarial, CCOO entiende que hay que abordar la extensión de los contratos fijos discontinuos como una vía de solución para estos problemas y apoyar la transformación de los productos propios en la región y conseguir mejores precios en su venta.
Rechazo también de Unai Sordo a las declaraciones de Fernández Vara
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha rechazado las afirmaciones del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, por las que relaciona la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) con los datos negativos del empleo en el último trimestre de 2019 en Extremadura. Los problemas del campo, de los que no son culpables los trabajadores, “no se resuelven con apelaciones «poco menos que a pagar salarios de miseria», aseveró.
El secretario general de CCOO ha recordado que el SMI de 950 euros todavía no tiene efecto y la EPA recoge datos de 2019. Además, ha añadido que el SMI a 900 euros se subió el 1 de enero de 2019 y los datos empleo Extremadura no han sido malos en ese ejercicio, salvo en el último trimestre. «No parece muy lógico, muy científica la explicación del presidente», ha aseverado. “Se trata de una subida de tono sin mucha base real”, añadió.
Unai Sordo ha destacado que el campo tiene «problemas estructurales que no se pueden resolver con salarios de miseria». A su juicio, los precios que se pagan a los distribuidores y productores agrarios son «anormalmente» bajos debido a la situación de poder de las grandes cadenas distribuidoras y la situación de precios de productos que se importan desde otras partes del mundo que hacen competencia desleal”.
«Se tiene que abordar un problema de precios muy bajos, sino de la situación de poder de las cadenas de distribución y los precios raquíticos de los productos de importación”. No vale resolverlo con apelaciones «poco menos que a pagar salarios de miseria», aseveró.